La huelga del tranvía acabará el sábado pero los conductores se plantean nuevas protestas

La plantilla deja la puerta abierta a más movilizaciones si no les convencen los nuevos turnos que aplicará la empresa el lunes. Este martes vuelven los paros en horario de 8.00 a 10.00 y de 19.00 a 21.00.

Un conductor de uno de los convoyes del tranvía circulando a la altura del Miguel Servet.
Un conductor de uno de los convoyes del tranvía circulando a la altura del Miguel Servet.
Guillermo Mestre

Los conductores del tranvía decidieron este lunes en asamblea apurar la huelga hasta el próximo sábado –estaba convocada hasta el día 7– y probar a partir del lunes los nuevos turnos que ha propuesto la empresa. Sin embargo, como aseguran que no conocen al detalle cuáles son los nuevos horarios, anoche dejaban la puerta abierta a convocar un referéndum para ampliar la huelga y no descartaban tampoco nuevas protestas y movilizaciones.

El comité de empresa y los conductores se reunieron este lunes en dos tandas –en horario matutino y vespertino– y al concluir las asambleas quisieron subrayar su malestar porque "aún nadie sabe qué horario llevará el próximo día 9", aseguraron fuentes de la parte sindical. Así, se dijeron que no disponen de la información concreta sobre la nueva propuesta de descansos por lo que, si esta se comprueba que no es satisfactoria para sus intereses, reanudarían las protestas.

Un conflicto enquistado

Los paros, que afectan al servicio los martes, jueves y sábado, alcanzan ya su cuarta semana. Desde un primer momento, los conductores plantearon la huelga en hora punta hasta el sábado 7 de abril, con lo que aún quedarán tres jornadas de molestias para los usuarios. Empresa y trabajadores rompieron el diálogo el pasado lunes 12 de marzo, aunque en las semanas siguientes se sentaron a negociar hasta en tres ocasiones. La primera de ellas fue en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), pero ante la falta de avances los trabajadores propusieron la intervención de la Inspección de Trabajo. En este foro se volvieron a juntar las partes en dos ocasiones, pero con idéntico y frustrado resultado.

Por su parte, el Ayuntamiento decidió quedarse a un lado y no intervenir. De hecho, el alcalde Santisteve y la responsable de Movilidad, Teresa Artigas, se han puesto de perfil pidiendo únicamente una solución rápida y óptima. Además, decretaron unos servicios mínimos del 50%, un cifra escasa para el PP, que solicitó aumentarlos pero no obtuvo el respaldo del pleno municipal. También hay entidades vecinales que reclaman que, en caso de que la huelga se prolongue –persiste en la memoria el infausto recuerdo de cuatro meses de paros del bus urbano– se amplíen los servicios mínimos.

La huelga resulta especialmente dañina en los barrios de Parque Goya y Valdespartera, y en el tramo de mañana, en la hora punta de miles de zaragozanos para acudir a sus puestos de trabajo. En cambio, durante esta pasada Semana Santa, la importante afluencia de público a las procesiones saturó el servicio en las últimas horas de la tarde.

Conforme han ido pasando las semanas, los habituales usuarios del tranvía también han ido buscando alternativas para sus rutinas de movilidad y no depender tanto de los Urbos. En consecuencia, la caída de usos es notable y se calcula que el tranvía pierde hasta un 30% de sus viajeros durante el horario de huelga de conductores. Un martes de huelga apenas suben a los convoyes 10.600 personas entre las 8.00 y las 10.00, cuando habitualmente lo hacen más de 15.500.

Pero, ¿cuál es el origen del conflicto laboral? Los sindicatos aseguran que la operadora del tranvía incumple los compromisos con los que se evitó a última hora otra amenaza de huelga en las pasadas fiestas del Pilar. Se debate sobre mejoras relativas al control con un ‘software’ de las horas de circulación, la reparación de averías y los descansos de los chóferes.

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