Ariadna Marco: "Los niños también son víctimas y se les utiliza como armas"

Ariadna Marco es la presidenta de la primera asociación de mujeres supervivientes de violencia de género en Aragón, Somos Más.

La presidenta de la Asociación Somos Más, el colectivo de supervivientes de violencia de Aragón.
La presidenta de la Asociación Somos Más, el colectivo de supervivientes de violencia de Aragón.
Oliver Duch

¿Cómo surgió Somos Más?

Cuando nos dimos cuenta de que en Aragón no había una asociación de mujeres supervivientes a la violencia de género, la creamos. La casa de la Mujer y el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) se encargan del asesoramiento jurídico y psicológico, entre otros, pero había una cosa que no podían aportar: la empatía de otras mujeres que hubieran pasado por lo mismo.

¿Cuántas son?

Estamos más de 50. Somos muletas las unas para las otras. Conocer a otras mujeres que han vivido y experimentado lo mismo y ver que son felices con sus nuevas vidas te da la fuerza a ti de decir "pues si tú puedes, yo también". Te empapas.

Muchas acudirán a la asociación cuando aún no han denunciado los hechos...

Los anuncios contra la violencia de género animan a denunciar, pero hay que tener en cuenta que es peligroso. Quiero decir que antes de denunciar hay que ponerse a salvo. Porque después de la denuncia el agresor estará 24 horas detenido y volverá a su casa y ¿qué le preguntas? ¿que qué quiere de cenar?

¿Los niños también son víctimas de la violencia de género?

Sí y se les utiliza de armas. En cinco años ha habido 23 niños asesinados por sus padres. Para una mujer, si matan a uno de sus hijos acaban con su vida y encima se pueden permitir el lujo de seguir haciéndole daño y dándole miedo hasta el día en que se muera. Yo he escuchado de boca de algunos niños "tú te divorcias ¿y yo cuándo me divorcio?". He visto a pequeños de tres años sujetándose de las puertas de puntos de encuentros porque los van a encerrar en la jaula con un león que ha pegado a su madre.

¿Un maltratador puede ser un buen padre?

Bajo ningún concepto, ni madre ni padre. Ellos son figuras de ejemplo para los niños, los padres son los pilares más grandes que tenemos en nuestra educación. Si uno está machacando al otro se nos va a caer el tejado encima. Los niños no quieren que se les obligue a meterse debajo de ese techo.

¿Hay un estereotipo de estas personas?

No. Además suelen ser encantadores y buena gente. Cuando de repente los denuncias y dices que has sufrido violencia  te dicen "pero si es tan majo", y dices "sí, contigo". Las mujeres que estamos en la asociación hemos escuchado frases similares de maltratadores muy distintos.

¿Qué comportamientos tienen los niños que ven violencia en su casa?

Por lo que hemos observado con los de las mujeres de la asociación, tienen tres formas de ser: violentos, sumisos –tienen miedo y es más fácil que sufran bullying– y niños burbuja, apáticos absolutamente.

¿El miedo siempre está ahí?

A mí todavía me cuesta ir a Puerto Venecia cuando es Navidad, porque no hago más que mirar para atrás continuamente. Vamos a seguir teniendo miedo, pero tenemos que tenerlo como a todo lo demás.

¿Por dónde tiene que empezar a cambiar la sociedad?

Desde las formas de pensar de los jóvenes. He dado charlas en institutos donde los chavales me han dicho "yo a mi novia le dejo que vaya a donde quiera", ¡guau! qué novio más permisivo (ironía). Las nuevas generaciones se miran los ‘whatsapp’, se ponen localizadores... da mucho miedo.

¿Cómo se pasa de víctima de una violación de cinco hombres a culpable?

La chica a la que violó ‘la manada’ no denuncia si no ve que algo no está bien. Puedes empezar jugando pero que te acabe dando miedo y cuando no es un "sí" es un "no" y si no es un "sí", es un "no". Además, le pusieron  un detective privado... Yo sufrí violencia durante años y he rehecho mi vida, sonrío y juego con mis hijos. Condénenme. ¿Eso me quita todo lo que me han hecho antes? Estoy orgullosa de que una mujer en vez de encerrarse en su casa y llorar por lo que le ha pasado intente superarse, sin dejar, ni olvidar, ni perdonar aquello que le ha pasado.

Una mujer maltratada pedía que fuera su agresor el que llevara escolta.

Todas las que hemos tenido un policía al lado lo hemos pensado. Te sientes observada y como una criminal muchas veces cuando en realidad tú no has hecho nada. Uno de los policías que me acompañaba me vio temblar en un juicio y se puso al lado de mi agresor y yo me sentí más cómoda. Este hombre le dijo al policía "a la que tienes que proteger es a esa" a lo que respondió: "Eso hago, pero de ella me fío".

¿Está actuando bien la Justicia?

Hay que endurecer las condenas. A la madre de Alzira a la que su pareja degolló a la hija de ambos le da igual cuántos años pase este señor en la cárcel. No le va a aliviar nunca la pena nada. ¿Qué te hace pensar que estás a salvo cuando son capaces de acabar con lo que se supone que tienen que amar por encima de todo? Tampoco es normal que te digan que es suficiente con una orden de alejamiento. Asimismo, pedimos que haya un registro público de maltratadores, violadores, pederastas...

Esta lucha por la igualdad es de todos ¿no?

Cada vez veo más hombres en las manifestaciones y me encanta. Es muy fácil ser feminista siendo mujer, porque luchar por tus derechos no es lo mismo que hacerlo por los de otros. Ellos se bajan del trono que llevan manteniendo tantos años y nos ven a su altura. La gente se piensa que nosotras, después de lo que hemos pasado, odiamos a los hombres, pero no. Odiamos a los seres indeseables que utilizan la violencia para someter, que violan, que son pederastas, que asesinan, que torturan a nuestros hijos. No es por su género, es por sus actos.

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