Leer da sueños en Las Fuentes

Los parques, comercios y centros de salud del barrio se han llenado de libros libres gracias a la iniciativa de bookcrossing impulsada por la Fundación El Tranvía.

Punto de bookcrossing, en el centro de Salud Las Fuentes Norte
Punto de bookcrossing, en el centro de Salud Las Fuentes Norte
Fundación El Tranvía

El equipo de la Fundación El Tranvía, situada en el barrio de Las Fuentes, está impresionado con la generosidad de los vecinos. Este mes de marzo, libros de Isaac Asimov y Tom Sharpe se han colado entre sus estanterías gracias a una nueva donación a su proyecto de bookcrossing. Empezó en 2011 de manera discreta, pero con el firme objetivo de llenar de lectura la ciudad e invitar a soñar. Ahora, se ha convertido en un movimiento asentado que no deja de crecer en sedes y participantes.

Ciara Condon, técnica de desarrollo comunitario de la Fundación El Tranvía, se topó hace siete años con un libro viajero en el Parque Grande. “Uno de los valores de la Fundación es el consumo responsable, y el bookcrossing es una forma de reciclaje de libros”, explica Condon. Por eso, desde ese momento, habilitó en el hall de El Tranvía un espacio público para que todo el mundo pudiera disfrutar de la lectura de manera accesible y llevarla consigo a otros lugares.

Para que los ejemplares pertenezcan al movimiento mundial de bookcrossing, se registran en la página www.bookcrossing.com, se les etiqueta con un código identificativo y los ciudadanos que los encuentran están invitados a acceder a la web tras leerlos y hacer un comentario en el que cuenten sus impresiones. “La gente se implicó desde el principio, nos empezaron a enviar donaciones y llegó un momento que no dábamos abasto”, afirma la técnica de la Fundación. De este modo, crearon hace cuatro años el Club de Voluntariado de Bookcrossing, para registrar ejemplares y dinamizar la iniciativa, que abre sus puertas los lunes y miércoles de 10.30 a 12.30.

En el barrio de Las Fuentes es difícil no cruzarse con una buena lectura. Los libros se pueden encontrar desde realizando una compra en un comercio de proximidad hasta esperando en la consulta del médico. La Fundación El Tranvía (calle de Fray Luis Urbano, 11) es solo una de las sedes del proyecto, a la que se suman los parques de la zona y 19 establecimientos comerciales. “Hace tres años quisimos sacar los libros del almacén y acercarlos a lugares que nada tienen que ver con la lectura, aparentemente”, señala Condon. Peluquerías, talleres de coche, bares o mercerías reúnen actualmente en sus mostradores una zona de bookcrossing.

Otros puntos son los cuatro habilitados en los centros de salud Torre Ramona y Las Fuentes Norte, en la zona de Pediatría y en la de adultos. Acaban de cumplir un año de vida y el personal sanitario asegura que la aceptación ha sido muy positiva, “porque la espera de los pacientes se hace más amena”. Este año, en la sede de la Asociación Española contra el Cáncer (calle de Rebolería), también se ha inaugurado una nueva zona de liberación de libros, dentro del trabajo colaborativo de esta entidad con la Fundación El Tranvía.

El bookcrossing seguirá su curso durante los próximos meses, especialmente en los centros educativos. La iniciativa ‘Leer da sueños en tu colegio’ fue presentada a varios centros de la zona y este año se ha materializado en el colegio Torre Ramona a través de un ciclo de animación a la lectura. Tal y como indica Condon, “hemos elegido con las tutoras de primero, segundo y tercero de Infantil tres cuentos para leer a los niños”. Al mismo tiempo, las profesoras explican a las familias en qué consiste el bookcrossing para implicarlas y animar a que cada niño lleve al centro un cuento que luego liberará por el barrio.

Las Fuentes no es la única zona de Zaragoza en la que la lectura tiene vida propia. Desde la Fundación quieren trasladar su éxito a otros barrios de la ciudad con el proyecto ‘Leer da sueños en tu barrio’. Parque Goya fue el primero en sumarse, y sus vecinos esperan “que la iniciativa tenga continuidad en el tiempo”. Aunque zaragozanos de todas las edades se están implicando, los lectores más voraces, tal y como han comprobado desde la Fundación El Tranvía, son los niños. Por eso, demandan más libros aptos para ellos. “En nuestra sede los devoran y las zonas de Pediatría están teniendo tan buena respuesta que tenemos que ir constantemente a renovar”, dice Condon. Las donaciones de cuentos infantiles escasean, pero cuentan con el apoyo de editoriales y bibliotecas para poder seguir dando vida a estos proyectos.

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