Pastillos: el fin de semana más dulce de Fuentes de Ebro

Este domingo se celebran los tradicionales ‘Pastillos’ de la localidad zaragozana, una de sus citas más importantes del año.

Dos generaciones de panaderos de la panadería Artajona de Fuentes de Ebro
Dos generaciones de panaderos de la panadería Artajona de Fuentes de Ebro
C. I.

Este fin de semana, pasear por cualquiera de las cuatro panaderías de Fuentes de Ebro -Artajona, Hermanos Carot Porroche, Valdovín y Pequerul- es toda una aventura. Largas filas y un goteo constante de gente, acompañadas de un ir y venir de carros, cajas y bolsas, todas ellas cargadas con el dulce más emblemático de la localidad zaragozana y el protagonista, sin lugar a dudas, de esta fecha: el pastillo.

El domingo previo al Domingo de Ramos, y como anticipo a la celebración de la Semana Santa, los ‘fuenteros’ se dan cita en la ribera del río o en el campo desde tiempos inmemoriales. Y aunque no se sabe a ciencia cierta de dónde procede esta tradición, todo el mundo coincide: Es algo de toda la vida”.

“Cuando yo era crío mis abuelos ya lo hacían”, recuerda Francisco Artajona quien a sus 79 años asegura que con tres meses –el 1 de enero de 1939- ya estaba en el horno acompañando a sus padres. Hoy, encarna la segunda generación de la Panadería Artajona que lleva más de 80 años haciendo las delicias de los vecinos del pueblo, más aún por estas fechas con motivo de la elaboración de esta torta típica.

Algunos vecinos aseguran que su origen guarda relación con el tradicional ayuno que se iniciaba durante estas fechas, otros que se trata de un dulce sencillo y de fácil acceso para los trabajadores y las clases bajas, lo que le dio la popularidad. El dulce en cuestión es una torta redonda coronada por varios huevos cocidos enteros que se sujetan con dos tiras de la misma masa en forma de cruz. Sus ingredientes son: harina, huevos, aceite, azúcar, masa madre de pan y esencia de azahar.

“Hace años, la gente amasaba en casa y tan solo nos traía la torta para cocerla. También era más habitual tener gallinas y nos traían hasta los huevos. Hoy eso ya no ocurre”, explica Artajona. Es, además, uno de sus productos estrella en la actualidad junto al pan, las magdalenas y las rosquillas.

Tan solo durante este fin de semana aseguran que venden más de mil tortas de pastillo, que pueden ser con o sin huevo duro, y de dos, tres o cuatro huevos. “También tenemos de uno, es la mona, y se la suelen llevar para los más pequeños”, indica. En cuanto a su precio, oscila entre los 2 y los 3 euros.

Antaño, la celebración giraba en torno a la merienda. “Llevábamos una torta y alguna pieza de fruta, nada más. Hoy se pegan allí todo el día y hasta la hora de cenar”, afirma Ángeles Ladrón (79), mujer de Francisco. “Para nosotros sigue siendo una celebración especial y un orgullo que la gente joven siga la tradición. Esperamos que siga así, por lo menos, tres generaciones más”, explica.

Durante la semana previa, las tahonas de la localidad no han dado abasto entre los preparativos de los distintos hornos, en los que, en su interior, los artesanos se afanaban en amasar y cocer la masa de los pastillos. Este sábado, en su caso, la jornada comenzaba a las 3 de la mañana. “Cada hornada, desde que tenemos la masa hasta que sale la torta, requiere de más de tres horas”, afirma Manolo Guerrero (52), marido de Mª Ángeles Artajona y tercera generación de panaderos de la saga familiar.

Por eso, las panaderías de Fuentes de Ebro guardarán descanso este domingo, para disfrutar también de sus propias tortas de pastillo. “Nos pegamos más de 12 horas de trabajo ininterrumpido para sacar la jornada adelante ya que tenemos que hacer también el pan y el resto de trabajo de un sábado normal. Aún con todo no las aborrecemos, están muy ricas”, afirma Guerrero.

A escasos metros, en la plaza de la Iglesia, se encuentra el obrador de los Hermanos Carot Porroche donde la estampa es muy semejante. Al llegar al local, una fila de clientes aguarda su turno mientras, en su interior, el horno no para. Una de ellas es Rosa Mari (70), quien se lleva seis tortas, una para cada uno de sus nietos y otra para comer junto a su hijo, Javier, en casa. Ya son casi las 12.00 del mediodía y lo fuerte ya ha pasado. Sin embargo, en su caso, los panaderos no han pegado ojo en toda la noche.

“Llegamos a vender más de 700 pastillos en menos de dos días”, asegura José Antonio Carot. El local celebrará su 25 aniversario el próximo 20 de abril, de la mano de Fernando, Toño y Pili, quienes se embarcaron en esta aventura en 1993. Además, aún hoy siguen al pie de la letra una receta familiar: “Cada panadería tiene su toque pero al final son todas muy parecidas porque los ingredientes son los mismos”.

“Al río o a dónde se pueda”

Hoy, sin embargo, lo que nació con ánimo de recibir el buen tiempo y celebrar la llegada de la primavera al aire libre, se ha transformado en la excusa perfecta para reunirse con familiares y amigos en torno a un asado o una buena brasa, pero no exclusivamente en la ribera del Ebro. Marta Val (23) y su cuadrilla pretendían ir al río, aunque el tiempo este año no les ha acompañado. “Si no es por la lluvia la mayoría de la gente intenta celebrarlo allí porque están todas las cuadrillas en las mismas zonas y hay mucho ambiente”, explica Val, que al final celebrará la fiesta en una bodega.

“Nosotros iremos a la peña y comeremos costillas y longaniza”, afirma María José Payá (37). Una celebración que algunos inician ya el sábado por la noche –“algunos incluso llegan al río sin dormir”, explica y se prolonga hasta la hora de la cena. “La ilusión es la misma pero no se celebra igual que hace años, sobre todo por el tiempo, si llueve, hace frío o hay cierzo”, concluye.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Fuentes explican que se trata de una excusa perfecta para destacar la labor artesanal de los productos gastronómicos locales. Por otro lado, hacen especial hincapié en que no se produzca ningún percance. "En 2007 se incorporaron varios de los espacios de la ribera a la Reserva Natural de los Galachos del Ebro que limita el poder hacer fuego e implican sanciones como espacio natural protegido. Cada año solicitamos permiso al Gobierno de Aragón para poder hacerlo en otros espacios muy concurridos; también hay presencia de una patrulla de bomberos de Diputación de Zaragoza", explica José Manuel Monforte,concejal de festejos.

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