Año Nuevo contra Roma y la lluvia

Mara conmemoró este sábado los Idus de Marzo, el inicio del calendario hasta que Roma decidió declarar la guerra a la ceca celtibérica de Sekaiza (Segeda).

Recreación en el interior de una de las casas celtibéricas de Mara.
Recreación en el interior de una de las casas celtibéricas de Mara.
Macipe

Hace más de 2.000 años, un enclave del Sistema Ibérico, situado entre los términos de Mara y Belmonte de Gracián, puso en jaque a toda la fuerza aplastante del Imperio Romano. Tanto fue así, que en la hoy capital italiana decidieron adelantar más de dos meses el nombramiento de sus cónsules y declarar la guerra a la ceca celtibérica de Sekaiza –luego renombrada como Segeda–, trasladando el inicio del año desde los llamados Idus de Marzo (15 de marzo) a las Calendas de Enero (1 de enero). Consiguieron así que sus ejércitos se desplazaran hasta Hispania evitando el invierno.

Dos milenios después, en recuerdo de todo aquello, la Asociación Mara Celtibérica sigue conmemorando, como ocurrió este  sábado –el sábado más próximo al 15 de marzo–, la apertura del Año Nuevo. Y lo hizo a pesar tanto de aquella medida tomada por Roma como de la presencia de la lluvia durante buena parte del día. "Es un día muy importante porque hay que valorar que para luchar contra Segeda se hizo un cambio en el calendario que ha permanecido a lo largo de toda la historia", subraya Ana Belén Domínguez, secretaria de la entidad organizadora de la jornada.

"Era una potencia peligrosa para Roma, que tenía su propia forma de vida: su lengua, su cultura, su gastronomía. Hasta fue la primera ceca en acuñar moneda", argumenta. A pesar de la lluvia, la cita siguió conservando su propósito principal: "Hacemos un ritual de bienvenida a la primavera y al Año Nuevo, dando gracias al dios sol y a la madre naturaleza para que las cosechas sean propicias", indicaba Domínguez. Tanto el mercado de productos artesanales como algunos talleres y demostraciones tuvieron que cambiar su ubicación y horario.

Pero todo siguió adelante porque no quieren que se pierda una iniciativa que, al igual que la Vulcanalia de agosto, sirve para difundir esta parte de la historia. Y más con el abandono de las campañas en los yacimientos de Segeda. "Desde hace cinco años no hay actividad y de nada sirve divulgar si no se cuida lo que ya se ha descubierto. Por eso hacemos un llamamiento para que la autoridad competente se ponga manos a la obra", lanza Domínguez.

"Lo habíamos visto anunciado y como nos gustan las cosas de este tipo nos hemos animado a venir y aprovecharemos el día como se pueda", apuntaban Juan Francisco Pérez y María del Mar Martín, ambos llegados de Alagón. Manuel Meijide, artesano de Soria que acude a la cita con su puesto desde hace más de 10 años, contaba que tiene un "cariño especial" a esta cita "por cómo nos tratan y por el significado que tiene".

La música y sangre de Caro –vino especiado– hicieron el resto para inaugurar el año celtíbero.

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