Si no fuera porque tiene muy poca gracia y se ajusta más al guion de una película de terror en la que Zaragoza pierde tres años, la situación política del Ayuntamiento empieza a parecerse a la del camarote de los hermanos Marx. Los mismos grupos que dieron la alcaldía a Santisteve –PSOE y CHA– no han dejado de criticar su gestión todo el mandato y ahora se rasgan las vestiduras por el último golpe: hacerse con la mayoría en las sociedades municipales liquidando la representación proporcional. Tan poco democrático como tibia la respuesta de estos actores, más preocupados por el ruido electoral que por las nueces. Descartada una moción de censura inviable en origen porque el PSOE depende de Podemos en la DGA, quedaba la posibilidad de no apoyar los presupuestos madre que contienen los de las sociedades. Tampoco y, aunque digan que lo hacen para no paralizar esta ciudad inmóvil desde 2015, el verdadero motivo es que la parte contratante de la primera parte (dependencia recíproca de PSOE y Podemos en la DGA y el Ayuntamiento) debe ser considerada como la parte contratante de la primera parte. Y aún queda otro año perdido más.