Febrero con 'f' de fotografía en la Harinera de San José

La actividad cultural no descansa en la Harinera del barrio de San José ningún mes del año. El espacio comunitario, además de mantener talleres ya asentados y acoger a grupos residentes como los que componen el teatro comunitario, el ‘Circo en familia’ (impulsado por la Escuela de Circo Social) o el conjunto musical Ensonación, ha apostado por centrar el mes de febrero en la fotografía.

La programación comenzó el día 3 con el llamado ‘Muro de tránsitos’. Se trata de un taller teórico-práctico de creación artística periférica en la que, a través de la elaboración de un mural, se pretende unir a los colectivos vecinales con artistas migrantes y locales “que están en la frontera, en el muro de nuestra sociedad, ya sea  por migrantes, racializados o pertenecer a un colectivo diverso”, explican desde la Harinera.

El concepto de muro no es casual. Alude a un mundo en el que no dejan de construirse barreras, pero al final de las sesiones del taller el objetivo es “haber levantado un muro  hecho de vivencias y recuerdos que unen y no separan”. El proyecto corre a cargo de la asociación zaragozana Somos Arte, que trabaja con artistas migrantes. Lo inició a principios de mes el fotógrafo Rubén H. Bermúdez, que ha publicado recientemente el fotolibro ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’, y fue seguido la semana  pasada por la artista plástica Georgina Marcelino. La próxima sesión será el sábado 17 y se seguirán desarrollando encuentros hasta mediados de marzo.

El taller ‘El trigo: alimentación colectiva’ comenzó a funcionar el día 9 de la mano del ingeniero y fotógrafo Julián Barón y pretende explorar las relaciones de trabajo conjuntas en la creación, autoedición y difusión de una publicación/fotolibro. El trigo se sitúa como elemento conductor del proyecto, desde que se planta la semilla hasta que llega al consumidor.

Los participantes han tenido que proponer 30 imágenes sobre las que trabajar en torno a este cereal. En la primera sesión realizada la semana pasada se procedió a la puesta en común de los materiales y las tareas, y en los meses de mayo, septiembre y diciembre continuará el taller, que coincidirá con los tiempos de cosecha y recogida del trigo. El resultado final será una publicación en PDF de descarga libre.

El miércoles 21, a las 19.00, se abrirá a los interesados ‘Edición a pachas’, un espacio que versará sobre el lenguaje fotográfico. Cada participante está invitado a llevar su proyecto de fotografía en forma de boceto o de trabajo ya avanzado y plantear sus dudas al resto de asistentes para recibir puntos de vista externos. Tal y como explican desde la Harinera, hay que partir de que “el hecho de distanciarse de tu propio proyecto fotográfico no es algo sencillo, pero es muy necesario para desarrollarlo con mayor sentido”.

Cierra el ‘febrero fotográfico’ una nueva sesión del Photobook Club ZGZ, que arrancó la actividad en enero y tiene reservado también un día de marzo y otro de abril. Se trata de un encuentro abierto en el que compartir el gusto por la fotografía en formato libro. Cada asistente tiene que acercar un fotolibro que le atraiga, comentar los aspectos relevantes y posteriormente pasarlo al resto de participantes para que lo puedan contemplar. En ediciones anteriores se han compartido fotolibros como ‘Contranatura’, de Joan Fontcuberta; ‘Yo disparé en los 80’, de Mariví Ibarrola; ‘Otra manera de contar’, de John Berger y Jean Mohr o ‘Mujercitos’, de Susana Vargas.

La programación de la Harinera cobrará especial protagonismo el mes que viene, cuando se procederá a la apertura de dos nuevas plantas del edificio que permitirán la incorporación plena de once proyectos culturales (La Dársena Estudio, Pares Sueltos, Orquesta Escuela, La Paletería, Laura Guarnieri, Lina Monaco, Pixel y Pincel, María Romero, Neme Mata, Mottainai ZGZ y Laura Cailloux) como residentes del espacio, para potenciar las actividades que se desarrollan en el edificio de San José.

Sus iniciativas mantendrán la línea de la cultura comunitaria, que le ha servido a la Harinera para convertirse en un referente nacional en la materia y para despertar el interés por el proyecto en países latinoamericanos. Además, se han habilitado cinco nuevos espacios de carácter polivalente que incluyen uno equipado para la práctica de las artes circenses, el primer lugar público de estas características en Zaragoza.