Los vecinos del Rollo, agrupados en la asociación La Huerva, aseguran que "la Policía Local no multa el botellón que cada noche de fin de semana se organiza" en las calles de la zona, según indica su portavoz, Carlos Monge. Afirman que "si bien el Ayuntamiento se muestra receptivo en materia urbanística y está dando los primeros pasos, lo cierto es que no se está cumpliendo la normativa a la hora de controlar el consumo de alcohol en la calle".

Una situación que el Consistorio niega de plano. "Sí se están poniendo denuncias, a la vez que se está trabajando de una forma coordinada con las diferentes áreas municipales implicadas y con los propios vecinos", indican fuentes municipales, que matizan la complejidad de la actividad sancionadora: "Hay tres supuestos para poner una multa: ensuciar la vía, obstaculizar el paso y generar ruido. Ninguna de las tres acciones se puede achacar fácilmente a una única persona, ya que se deben observar in situ, ni tampoco resultaría positivo entrar a multar a todo el mundo".

Los vecinos piden más mano dura y solicitan que "se multe a veinte o treinta personas para que se corriese la voz y hubiese un efecto disuasorio". Monge alude a la ley autonómica que regula los espectáculos públicos y actividades recreativos, en la que se indica que "la venta o dispensación de bebidas alcohólicas solo podrá realizarse en los establecimientos, no permitiéndose la dispensación en el exterior del establecimiento ni su consumo fuera del mismo salvo en terrazas y veladores".

Parte de la problemática en el Rollo reside en que las consumiciones que se venden dentro de los locales se acaban bebiendo en la calle en una suerte de gran botellón. La asociación vecinal pone como ejemplo uno de los bares más pujantes en este momento, que "vende alcohol en vasos de plástico a precios muy bajos y que, al no contentarse con el aforo de su establecimiento, utiliza la calle como prolongación del local, permitiendo que la gente saque las bebidas y consuma, creando el macrobotellón. De este modo le salen las cuentas".

La ley autonómica concede a los municipios autonomía para "impedir o limitar las reuniones o concentraciones en la vía pública o en lugares de tránsito público con ingesta de bebidas alcohólicas que impidan o dificulten la circulación rodada, el desplazamiento a pie por las mismas o perturbe la tranquilidad ciudadana".

Por ello, Monge recuerda que "la ordenanza municipal de limpieza pública en su artículo 11.3 dice que se prohiben las reuniones o concentraciones en lugares de tránsito público con ingesta de bebidas cuando con esa actividad se perturbe la tranquilidad ciudadana o el derecho al descanso de los vecinos o se genere la alteración de las condiciones ambientales por el abandono indiscriminado de residuos y basura". La infracción se califica de leve y contempla multas de entre 50 y 250 euros.

La normativa, en su disposición número cuatro, añade que los establecimientos comerciales no destinados al consumo inmediato de bebidas alcohólicas no pueden dispensarlas ni venderlas desde las 22.00 hasta las 8.00 del día siguiente. "Es decir, si un bar vende alcohol y no se consume dentro sino que el hostelero propicia que se beba fuera, no podría hacerlo a partir de las 22.00", asegura el portavoz.

"¿Por qué no se aplica este artículo? ¿Por qué no viene la Policía Local y cada viernes y cada sábado por la noche empieza a multar a esta gente que está haciendo un botellón tipificado en una ordenanza municipal y que la normativa de la Comunidad Autónoma deja en manos del Ayuntamiento para que pueda multar? ¿Está mal visto? ¿Es impopular? ¿Por qué la Policía Local no multa? ¿Quién está impidiendo a la Policía Local que acabe con el botellón?", se pregunta Monge.