El carril bici de Sagasta abre por completo entre críticas por su trazado junto al parque Pignatelli

Acera Peatonal denuncia que la vía invita a los ciclistas a continuar por las rampas de la zona verde. El Ayuntamiento responde que las ordenanzas permiten a las bicis ir por los parques

El nuevo carril bici desemboca justo en una de las entradas del parque Pignatelli.
El nuevo carril bici desemboca justo en una de las entradas del parque Pignatelli.
Heraldo

El segundo tramo del carril bici del paseo de Sagasta, el que une la avenida de Goya con Cuéllar, ya es practicable. Ayer lo estrenaron unos cuantos ciclistas, que pueden recorrer sin interrupción –salvo la de los semáforos, claro– los 850 metros que separan la plaza de Paraíso del parque Pignatelli. Y es precisamente en este punto, en la llamada glorieta de Diego Velázquez, en donde la nueva vía ciclista ha generado críticas por parte de las asociaciones de peatones y de los colectivos de movilidad reducida.

El carril desemboca junto al parque y, según denuncian, invita a continuar por las rampas de la zona verde, que habitualmente son utilizadas por numerosos ciudadanos con carritos de bebé o por personas en silla de ruedas. El parque Pignatelli, al salvar un importante desnivel, es poco accesible y aunque hay distintos itinerarios, todos están repletos de escaleras salvo la citada sucesión de rampas. Así, y aunque dentro del parque no hay vía ciclista pintada, Acera Peatonal considera que «se come» una de las dos entradas del parque y que este debe estar abierto a las bicicletas pero no al «tráfico ciclista».

Denuncian también que el Observatorio de la Bicicleta ya advirtió en marzo del peligro para los peatones –especialmente para los más vulnerables y los colectivos disminuidos– que suponía el nuevo trazado. No obstante, el Ayuntamiento continuó con su plan de expansión de la red ciclista por la gran demanda existente. «Dice el Consistorio que son muchas las personas de Torrero que desean un acceso al centro en bicicleta, por lo que entendemos que esperan que el carril bici de Sagasta tenga un intenso tráfico», dice Fernando Navarro. El portavoz de Acera Peatonal considera que la vía debería haberse llevado por la calzada del paseo de Cuéllar, cuyo ancho –además– es mayor que el de Sagasta.

Fuentes municipales señalaron ayer que «las ordenanzas municipales permite el uso de las zonas verdes para pasear en bicicleta». Este punto no se puso en entredicho cuando el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y el Supremo prohibieron que las bicicletas fueran por las aceras porque existe una ordenanza específica de zonas verdes que no se ve afectada por aquel fallo.

No obstante, Navarro recuerda que la norma permite que las bicis vayan por los parques «siempre que lo hagan por caminos de anchura suficiente para no interferir el uso peatonal, debiendo mantenerse fuera de los jardines, y circulando a velocidad moderada». Así, Acera Peatonal considera que «el uso tranquilo de la bici para el recreo» dista mucho del «tráfico ciclista», que se presume que cuesta abajo pueda hacerse a gran velocidad.

Pendientes de los usos

Aunque se augura algún conflicto y más de una queja vecinal, parece poco probable que el Ayuntamiento cambie la parte final del trazado de Sagasta, dado que el proyecto ya se sometió a exposición pública anteriormente y se introdujeron importantes cambios a petición de los vecinos: pasó de ser zigzagueante a recto y bidireccional. En las últimas semanas, conforme se iba construyendo el nuevo tramo, se ha reforzado también la señalización semafórica en todo el paseo y se han colocado más advertencias que recuerdan que los ciclistas tienen prohibido circular por el bulevar central.

Aún queda algún fleco pendiente –hay quejas por las gravillas sueltas y el mal estado de la calzada en el cruce con Goya– y los grupos de la oposición han pedido de forma reiterada que se ofrezcan datos de los usos de cada carril bici, que parece que llegarán con un estudio en el nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible.

El de Constitución y –al menos hasta el momento– el de Sagasta parecen no tener excesiva parroquia, si bien sí han conseguido uno de los objetivos esenciales del área de Movilidad: expulsar coches del centro. Con la puesta en marcha del primer tramo del carril bici se redujo el número de vehículos un 17% entre Lagasca y Goya.

Características. Desde la plaza de Paraíso y hasta el parque Pignatelli el nuevo carril suma unos 850 metros de longitud. La traza es recta, bidireccional, de 2,5 metros de anchura, está separada del resto de la calzada por bolardos y no invade el bulevar central como era el temor de algunos viandantes.

Plazos y presupuesto. El carril que ayer se estrenó comenzó a construirse el pasado 6 de noviembre. El plan era tenerlo acabado para Navidad pero se ha tardado un mes más. Se estima que los trabajos han costado alrededor de 60.000 euros.

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