Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La DGA endurece los criterios para reconocer y financiar a los grupos de investigación aragoneses

La norma de Innovación es más exigente en cuanto al número y capacitación de los miembros de los equipos. Ha generado malestar porque las condiciones para acceder a las subvenciones son más duras que hasta ahora.

Uno de los equipos de investigación de la Universidad de Zaragoza
En Aragón hay más de 300 grupos de investigación
Heraldo.

La nueva orden del Departamento de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón –que aprueba las bases reguladoras para la concesión de subvenciones destinadas a financiar proyectos de I+D+i de grupos de investigación aragoneses– no ha dejado indiferente a nadie. La normativa, publicada a finales de noviembre del año pasado, cambia la metodología vigente hasta ahora y endurece los criterios para evaluar, reconocer y financiar a estos grupo de investigación.

La orden, más exigente y compleja que las de convocatorias anteriores, ha dividido a la comunidad científica. En unos casos, los investigadores aplauden que se exijan mayores competencias y cohesión a los grupos, ya que consideran que las normas anteriores eran excesivamente "laxas".

En otros casos, ha generado gran malestar porque las nuevas condiciones obligarán a partir de cero a grupos que contaban con años de recorrido. Incluso, algún colectivo concreto se ha sentido especialmente agraviado (como el personal de enfermería) y ha decidido recurrir en los tribunales la orden, al considerarla "restrictiva y discriminatoria".

Sea como fuere, desde el Departamento de Innovación, Investigación y Universidad se defiende la nueva norma explicando que se ha intentado "primar la excelencia y el trabajo conjunto".

"Se venía de un sistema –aclaran– en el que no había que acreditar la trayectoria conjunta del grupo, podías hacerlo o no, y se beneficiaba a los grupos grandes, cuantos más miembros, más financiación". "La idea –insisten– es incentivar la investigación de calidad y conseguir rentabilizar más la inversión del Gobierno siendo más eficientes y eficaces".

Desde la Consejería se recuerda que en convocatorias anteriores había grupos que estaban recibiendo al año una subvención de no más de 1.500 euros. Asimismo, recuerdan que entre los cambios introducidos también están el aumento de las partidas (de 2 a 3 millones anuales) y que la dotación pase a ser plurianual (se han comprometido 9 millones para el periodo 2017-2019).

De entrada, las nuevas condiciones exigidas para que la DGA reconozca a los grupos de investigación como tales y les conceda financiación han ‘cribado’ el número de equipos presentados a la actual convocatoria. Según los datos facilitados por la Consejería, han pedido subvenciones 249 grupos cuando el año 2016 fueron 319 los solicitantes.

Según algunas fuentes consultadas, esta disminución de 70 grupos no tiene por qué traducirse, necesariamente, en una menor actividad investigadora ni en un descenso del número total y efectivo de investigadores ya que algunos equipos se han reorganizado o se han integrado en otros para reforzarse y poder cumplir con los nuevos requisitos.

Desde la Universidad de Zaragoza, que es la institución de la Comunidad con un mayor número de grupos de investigación propios, aseguran que en la nueva orden ven "una oportunidad", en tanto que se aumenta en un 50% la financiación (se pasa de los 2 millones que había presupuestados en 2016 a los 9 millones comprometidos para el periodo 2017-2019) y se le da un carácter plurianual, lo que permite "una mejor planificación y da mayores garantías y estabilidad a los grupo de investigación", explica Luis Miguel García Vinuesa, vicerrector de Política Científica.

"Es cierto que las condiciones que se plantean son más exigentes –reconoce García Vinuesa–, pero eso no es necesariamente malo". De hecho, la propia Universidad ha presentado para la actual convocatoria 179 grupos, 43 menos que hace un año, cuando avalaron a 222.

"Las partidas de esas subvenciones están cofinanciadas con fondos europeos y nos tenemos que someter a la normativa y a las exigencias de Europa", recuerda García Vinuesa, a pesar de que reconoce que la orden es más extensa y compleja en su presentación."Y se ha burocratizado la convocatoria porque ha habido que demostrar con documentos y datos que los grupos son grupos", apunta.

En cualquier caso, en su opinión, el mayor problema que tiene la orden de ayudas es la tardanza con la que se ha publicado (finales del año pasado), que podría dejar en el aire la financiación prevista para 2017, que ascendía a 3 millones de euros.

Este temor trata de ser disipado por la Consejería de Innovación, Investigación y Universidad, que recuerda que "el dinero de 2017 está recogido ­–son cuantías comprometidas–, por lo que su percepción dependerá de los propios grupos".

"Si son capaces de ejecutar y justificar los gastos en dos años (2018 y 2019) recibirán el dinero del plurianual que se fijaba para los tres ejercicios", aseguran.

"Ese dinero no se ha perdido –insisten desde la consejería–. El Gobierno está en disposición de cubrir las necesidades económicas porque el dinero está comprometido".

LOS PRINCIPALES CAMBIOS

Aumenta la partida y se hace plurianual

Dos de los principales cambios que incluye la nueva orden de ayudas para la investigación de grupos en la Comunidad han sido muy bien recibidos por todos los investigadores.

El Departamento de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón ha aumentado la dotación para estas ayudas y las ha hecho plurianuales, con lo que se facilita la planificación de los grupos investigadores.

La convocatoria publicada a finales del año pasado salió con una cuantía de 9 millones de euros para el periodo 2017-2019. La comunidad científica se ha quejado por la tardanza con la que ha salido la orden y ha mostrado su preocupación por que pueda ‘perderse’ la parte del plurianual que correspondería al año 2017 (3 millones de euros).

Piden evidencias que demuestren que son grupos

Otro requisito que también ha generado críticas es el referido a la exigencia de demostrar con evidencias que se trata realmente de un grupo que investiga junto. Innovación pide que se documente que en los últimos años, los miembros del grupo han tenido una trayectoria de colaboración y han publicado artículos o trabajos de investigación conjuntamente.

Para los de referencia se pide una trayectoria de trabajo conjunto superior a 4 años y que al menos la mitad de los miembros efectivos acrediten haber desarrollado una actividad investigadora de calidad con, al menos, otros dos miembros de su grupo. Para los considerados en desarrollo, la trayectoria conjunta no debe superar los 4 años y al menos uno de los investigadores ha debido publicar con otro de su grupo.

Se exigen más investigadores por grupo

La nueva orden define dos tipos de grupos: de referencia (ya consolidados) y en desarrollo (emergentes). Para los primeros aumenta de 6 a 8 el número mínimo de investigadores efectivos y exige que, al menos, 5 de ellos tengan la condición de doctores y se dediquen a la investigación a tiempo completo. Para los segundos amplía también el número de investigadores efectivos de 4 a 5 y pide que al menos 3 sean doctores y se dediquen a la investigación a tiempo completo.

Este requisito ha levantado ampollas en algunos grupos de investigación, que en convocatorias anteriores cumplían con las exigencias para acceder a la financiación de los consolidados y en esta han tenido que conformarse con presentarse como grupos emergentes.

Producción científica y financiación

La orden recoge la obligación de tener otras fuentes de financiación al margen de las ayudas contempladas en la norma de la DGA (bien a través de proyectos competitivos o ingresos por actividades de I+D+i) y marca unas cuantías mínimas.

Asimismo, exige que se acredite una producción científica mínima (a elegir entre artículos publicados, tesis dirigidas, patentes licenciadas, constitución de empresas, etcétera). Estos requisitos se piden tanto para los grupos de referencia como para los que se encuentran en desarrollo. Para los primeros, las exigencias son más elevadas que para los segundos.

La nueva normativa detalla qué tipo de investigación está sujeta a subvención y recoge los aspectos que se primarán a la hora de valorar los proyectos.

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