Un vecino de Caspe acepta dos años de cárcel por meter el dedo en el ano a otro

El acusado admite que se abalanzó sobre él en un bar en pleno día y le dijo que esa noche tenía que acostarse con él o lo mataría.

El acusado, José Manuel Fillola, entrando en la sala de vistas de la Audiencia Provincial.
El acusado, José Manuel Fillola, entrando en la sala de vistas de la Audiencia Provincial.
José Miguel Marco

Un vecino de Caspe aceptó este jueves una condena de dos años de prisión por un delito de agresión sexual del que fue víctima otro residente de la localidad. El acusado, José Manuel Fillola, admitió los hechos que le atribuía el fiscal y pagó por adelantado una indemnización de 3.150 euros a la víctima, lo que supuso que se le aplicara la atenuante de reparación del daño.

Además, el representante del Ministerio Público apreció que concurría la circunstancia atenuante de alteración psíquica, ya que el acusado presentó recientemente un informe médico que indicaba tal trastorno. Consideró también que se daba la atenuante de dilaciones indebidas, es decir, un retraso injustificado en la instrucción del procedimiento. De hecho, la agresión se produjo en octubre de 2012 y la vista oral no se celebró hasta ayer.

Todo esto llevó al fiscal y a la defensa del acusado a llegar a un acuerdo y rebajar la petición inicial de ocho años de prisión a dos por un delito de violación. La condena lleva aparejada la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima o comunicarse con ella durante un periodo de cuatro años.

Los hechos ocurrieron a las cinco de la tarde en un bar de la calle Guma de Caspe el 25 de octubre del mencionado año. Según el escrito de acusación fiscal, José Manuel Fillola, de 58 años, se abalanzó sobre el otro hombre, de 62, y tras derribarlo y tirarlo al suelo, se sentó encima de él impidiéndole cualquier movimiento. Acto seguido, le bajó los pantalones y la ropa interior y procedió a introducirle un dedo en el ano mientras con la otra mano le apretaba los testículos a la vez que le decía: «Esta noche te acostarás conmigo por mis cojones o te pegaré dos tiros». Al ser arrestado por la Guardia Civil, ya reconoció todo lo ocurrido.

A raíz de la agresión, la víctima sufrió numerosas escoriaciones y equimosis en el hombro, zona cervical, cara, mejilla y mandíbula, así como en la zona abdominal. Cuando fue examinado por el médico apreció que tenían erosiones en la zona perianal. El hombre solo necesitó una asistencia médica y cinco días de curación. Según el forense, no le quedó ninguna secuela salvo una distimia leve reactiva al episodio vivido. Es decir, un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado. Los síntomas de la distimia suelen durar al menos dos años.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión