La Escuela de Hostelería de Zaragoza denuncia el "deplorable estado" de sus instalaciones

Profesores y alumnos del centro zaragozano se unen para lograr una mejora de sus instalaciones.

Una instalación de calidad y las herramientas necesarias para seguir formando a los profesionales zaragozanos del futuro. Estas son las solicitudes de los profesores del Departamento de Hostelería y Turismo de la Escuela de Hostelería del IES Miralbueno que han decidido iniciar una campaña de visibilización para dar a conocer el “deplorable estado actual” de sus instalaciones.

“Hace tres décadas los distintos grupos sociales, políticos, educativos y demás organismos se pusieron de acuerdo en crear la actual escuela de hostelería de Zaragoza. Parece ser que se dieron cuenta de la necesidad de formación y profesionalización que existía en el sector por aquel entonces, para quienes se dedicaban a este oficio”, explican en un comunicado.

Fue entonces cuando se decidió construir en una instalación que supliera esta carencia, en concreto dentro del Instituto de Educación Secundaria, inaugurado 21 años atrás. “Estamos hablando de un edificio que 50 años de existencia, pero que a pesar del paso del tiempo sigue dando buenos profesionales”, explican en el texto.

Aunque durante sus primeros años comenzaron impartiendo formación a apenas a 80 personas, en la actualidad cuentan con unos 400 estudiantes matriculados en los Ciclos medios de Cocina y Gastronomía y de Servicios en restauración; y en los grados superiores de Dirección en servicios de restauración y Dirección en cocina.

En el mismo comunicado explican que el paso de casi tres décadas –la escuela cumplió 29 años el pasado mes de octubre- las instalaciones han quedado obsoletas: “No necesitamos apaños ni remozados, necesitamos espacios, maquinaria actual de esta profesión, adecuarnos a los tiempos que estamos, a la realidad de Zaragoza y a lo que nos pide la sociedad, no podemos quedarnos estancados 30 años atrás”.

Entre las quejas y problemas que han de sufrir año tras año denuncian la existencia de goteras, el frío y la falta de los espacios necesarios. Por eso han decidido comenzar con una serie de acciones con la que pretenden dar a conocer los hechos a todos los sectores de la sociedad que pueden intervenir en esta mejora.

¿El objetivo? Que la Escuela de Hostelería de la capital aragonesa pueda convertirse en el buque insignia de Aragón. “La mayor parte del alumnado de Hostelería de la tierra se ha formado y sigue formándose en nuestra escuela. Sin duda, podrán comprender el esfuerzo que supone para cualquier profesor luchar contra todas las dificultades cotidianas para lograr que, a pesar de todo, el alumnado valore positivamente su aprendizaje, tal como efectivamente ocurre”.

Hace 8 meses HERALDO se hacía eco de la aparición de roedores en la Escuela de Hostelería del IES Miralbueno de Zaragoza, hechos que provocarían el cierre temporal de los dos restaurantes del centro. Sin embargo, por aquel entonces los estudiantes ya aseguraban que ese era el menor de los problemas de la instalación.

Tan solo dos semanas después, el 3 de mayo de 2017, reabrirían sus puertas de sendos restaurantes - uno de uso interno para los propios estudiantes que da en torno a un centenar de menús al día, y otro abierto al público en el que se ofrece el servicio de carta- tras llevar a cabo una serie de tratamientos de desinfección indicados por la empresa de tratamientos DDD (Desinfección, Desratización y Desinsectación) encargada del establecimiento.

Tras lo ocurrido el Gobierno de Aragón invertiría un total de 30.000 euros para renovar las cocinas del inmueble que ya habían soportado el paso de más de 8.000 alumnos según fuentes del departamento. Sin embargo, aseguran que las instalaciones se encuentran totalmente obsoletas y aseguran que es necesario un centro acorde a los tiempos que corren: “Se nos prometió que en junio de 2017 tendríamos la respuesta a nuestras demandas pero a día de hoy seguimos esperando esa contestación”.

“No queremos más parches”

Precisamente el alumnado es el otro gran protagonista de esta batalla por una mejora de las instalaciones, que el año pasado saldría a la calle –cacerola en mano- para reclamar una mejora del centro. “Es cierto que han mejorado las cocinas pero es insuficiente. No queremos más parches, hace falta mucho más”, reivindica Miguel Ángel Camino, estudiante de primer curso del grado medio de Cocina y Gastronomía que encabezó las movilizaciones el pasado año.

Ahora, su mayor miedo es que las promesas del Gobierno de Aragón “se queden tan solo en eso”. “Lo de los roedores fue tan solo la punta del iceberg. Y aunque sirvió para que se hiciera algún apaño seguimos necesitando una escuela nueva que se equipare a los centros de Huesca o Teruel”, reivindica. Además, asegura que la deteriorada instalación afecta a todos los alumnos del centro, y no solo a los que cursan cocina u hostelería.

Por su parte desde el Gobierno de Aragón aseguran que se esta actuando sobre deficiencias acumuladas a lo largo de los años en el edificio, y que el Plan de Infraestructuras Educativas 2016 - 2020 contempla una partida de medio millón de euros para invertir en la Escuela de Hosteleria.

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