El pleno se calienta nada más empezar

Los nervios de Rivarés y las protestas del PP marcan el inicio de la sesión en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Los concejales de ZEC Arantza Gracia, Pablo Muñoz, Alberto Cubero y Fernando Rivarés (detrás), antes de iniciarse el pleno de este viernes.
Los concejales de ZEC Arantza Gracia, Pablo Muñoz, Alberto Cubero y Fernando Rivarés (detrás), antes de iniciarse el pleno de este viernes.
Oliver Duch

Cuando el pleno municipal entra en una fase aburrida e intrascendente suele pasar. Los concejales tratan de vencer el aburrimiento con algún ‘zasca’ y suben el tono para captar la atención. Y eso ha pasado este viernes en el pleno municipal, en el que ante la sucesión de puntos del orden del día a los que nadie prestaba atención, ha llegado la bronca.

Todo ha comenzado con el debate recurrente de los reconocimientos de obligación, esas facturas que el Ayuntamiento paga a empresas sin que haya contrato en vigor, generalmente porque el que había ha caducado. Todos los grupos han puesto de vuelta y media al concejal de Economía, Fernando Rivarés, por no haber resuelto este problema, con 34 millones de euros este año pagados mediante este procedimiento irregular.

Pero especialmente contundente ha sido la concejal del PP, María Jesús Martínez del Campo, que le ha dado un repaso a un Rivarés que nunca ha sido buen encajador. Todo lo contrario: cuando le achuchan suele recurrir al tono faltón. El edil de ZEC ya había llamado a la bancada popular “niños ricos mimados” y a Martínez del Campo ha optado por decirle “embustera”.

Y claro, los concejales del PP se han puesto como una moto y han exigido al alcalde, Pedro Santisteve, que llamara la atención a su correligionario. Pero ante las protestas del portavoz popular, Jorge Azcón, lo que ha hecho el regidor es llamarle al orden a él. Después, ha sido la popular María Navarro la que se ha quejado de los insultos que suele proferir Rivarés pleno tras pleno, comisión tras comisión. De hecho, ha aludido a “la bajeza moral” del concejal de ZEC por esta actitud.

Entonces ha intervenido el alcalde, molesto con el discurso de Navarro. Sin reconvenir a Rivarés, ha hecho un llamamiento genérico a que no hubiera insultos, a que estos asuntos se ventilaran en la junta de portavoces y ha aprovechado para cargar contra el PP, que tampoco es un grupo que se ande con chiquitas cuando hay que calentar un debate y empezar con las palabras gruesas. Y más quejas de los populares, claro.

Rivarés ha recordado que Azcón, en otro pleno, le llamó “fascista” y que eso él no lo consiente. “Lo que eres”, le ha replicado Azcón, lo que le ha supuesto otra llamada al orden del alcalde (a la tercera le pueden echar del pleno). Entonces el portavoz popular también ha intervenido para sacar el asunto que flotaba en el ambiente.

“Hay que ponerle causas al nerviosismo del alcalde. Tiene algo que ver con algo muy concreto que son las facturas de la señora Gracia. Están dispuestos a echar al portavoz del PP y van a tener que dar una explicación. Si no le importa señor alcalde, intente no insultarnos ni echarnos del pleno. Tienen que dar una explicación”, ha afirmado. Y Rivarés ha contestado: “Quienes se autoexpulsan son ustedes, que interrumpen permanentemente, patalean… Su actitud de mala educación les autoexpulsa”.

Después de la bronca ha llegado la calma y los concejales ha puesto los ojos en la sucesión de mociones de esas que no suscitan debates acalorados. La atención a la dislexia, el problema de los contenedores voladores, la ludopatía… Pero ya se sabe, cuando el pleno se enfría, solo es cuestión de tiempo para que un par de ‘zascas’ suban la temperatura.

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