Manuel Gracia Planas: "Tengo un máster por tratar 43 años a las familias de los fallecidos"

Nacido en Belchite en 1956, lleva 43 años trabajando en funerarias. Desde 2005 ha sido director del tanatorio de Torrero, hasta ayer, cuando se prejubiló.

Manuel Gracia Planas, director del tanatorio de Torrero.
Manuel Gracia Planas: "Tengo un máster por tratar 43 años a las familias de los fallecidos"
Raquel Labodía

¿Cuándo empezó a trabajar en el sector de las funerarias?

Hace 43 años y tres meses, en Pompas Fúnebres. Luego, la funeraria se refundó en La Estrella y Mémora. Hace doce años, en 2005, pensaron en mí para ser director del tanatorio de Torrero.

¿Qué le enseñó este trabajo?

Estudié en el colegio Santo Tomás de Aquino y no fui a la universidad, pero tengo un máster en psicología por estar cada día con las familias de los fallecidos en un momento muy duro. Te enseña mucho de la vida. Los recibes con el problema más grande que han tenido, los atiendes 24 horas, no se lo resuelves y, encima, te dan las gracias.

¿Cuál es el momento más complicado que ha vivido en Torrero?

El accidente del Yak. Las familias estaban muy sensibles y las atendimos como pudimos. Varios compañeros fueron a Turquía para traer todos los féretros sellados con cinc y los militares se negaban a hacerlo. Todo fue muy precipitado. Defensa puso la hora del funeral en Torrejón antes de traerlos, pero no daba tiempo. No querían que fueran civiles. Luego, esas muertes no estaban en el Registro Civil y se lo dijimos al juez militar.

¿Los desastres muestran la sociedad en la que vivimos?

Viví el incendio del Corona. En Torrero se realizó la primera incineración, la de un súbdito alemán que murió en el hotel. Estuve en la Flying, en Tapicerías Bonafonte, pero me marcó Biescas. Propuse que se utilizara la pista de hielo de Jaca para conservar los cadáveres. Allí acompañé a una familia para ver a sus seres queridos porque no creían que estuvieran. Un año después, volví al lugar y no pude entrar porque aún veía todos los féretros.

Ha vivido un gran cambio de costumbres en el cementerio...

Cuando empecé a trabajar en este gremio no había tanatorios. Los cuerpos de los fallecidos se mantenían en hospitales o en domicilios; y los trasladábamos después a las iglesias. Viví las primeras incineraciones. Ahora casi nadie fallece en casa, sino en residencias u hospitales.

Y ahora ya superan las incineraciones a las sepulturas...

Desde la primera incineración del alemán que murió en el Corona (en julio de 1979) no se hizo otra hasta ocho meses después. Ahora se realizan nueve incineraciones diarias como media en los cuatro hornos que se instalaron en 2010. No percibo tanta religiosidad como antaño, lo que se ve en los numerosos actos civiles. También aumentan los ritos de otras religiones como adventistas, testigos de Jehová, musulmanes... Se dijo que el Papa no permitía llevarse las cenizas a casa y así se multiplicaron los columbarios en el cementerio.

¿Cuáles son las cifras del cementerio de Torrero?

Hay 400.000 enterrados. Cada año fallecen unos 7.500 zaragozanos. De ellos, se realizan 4.000 incineraciones, 2.500 inhumaciones y el resto se entierran en otros cementerios. La mitad de las incineraciones se llevan a los columbarios y las demás se las llevan a casa o al nicho del pueblo, al ser más económico.

La revisión de los alquileres de nichos fue casi una revolución...

Hay nichos alquilados y otros de propiedad. El Ayuntamiento vio que no había más espacio para construir nichos y se recordó que había 2.000 alquilados que no se pagaban y se avisó de ello.

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