El último de los cuatro toros que se escapó el viernes por la mañana del encierro andando de Novallas sigue sin aparecer. Las labores de búsqueda son arduas pero el animal continúa libre por los campos. El viernes solo uno de los astados pudo ser reconducido hacia el trazado vallado por el municipio, mientras que los otros dos fueron reducidos tras dispararles dardos con anestesia.

En la exploración del terreno para localizar al último animal participan los ganaderos, la Guardia Civil, Policía Local de Tarazona y vecinos de la localidad con sus propios vehículos. Tras suspender la búsqueda el viernes por la falta de luz, ayer por la mañana se reanudó el dispositivo. Las informaciones a primera hora del día apuntaban a que el astado estaba localizado entre los términos municipales de Novallas y Tarazona y parecía que era inminente el final de su huida. "Esta mañana lo han visto cerca del pantano de agua del Moncayo, en la zona de La Dehesa, pero se ha debido meter por los maizales que tienen una altura considerable y ya no ha salido, así que le han perdido la pista ahí", explicó ayer el alcalde, Jesús Fernández.

"Está claro que la situación no es plato de gusto pero muchísimos años se han escapado y siempre se han encontrado", recordó el alcalde, quien deseó que la situación se reconduzca cuanto antes. Existe documentación de la celebración del encierro andando de Novallas por lo menos desde el siglo XIX, cuando se traían las reses por los campos hasta el pueblo. En el año 2000 fue declarado Fiesta de Interés Turístico en Aragón.

Mientras tanto, en las redes sociales se han hecho eco de la desaparición del toro de Novallas y, con sentido del humor, la han vinculado a la de la vaca Rebeca, que se escapó en Burriana hace varios días.