Los gatos se agarran al Teatro Romano

El Ayuntamiento dijo al Justicia que sacaría del museo la colonia felina que lo habita, por la presión de la DGA y del Ministerio de Cultura. Ahora da marcha atrás.

Dos de los gatos de la colonia paseaban ayer entre las ruinas del Teatro Romano.
Los gatos se agarran al Teatro Romano
Aránzazu Navarro

Los gatos se aferran al Teatro Romano de Zaragoza. Aunque hace apenas un mes tenían ‘tres pies y medio’ fuera de estas ruinas, la colonia felina que se ha instalado va a poder, al menos de momento, seguir allí. El Ayuntamiento informó el pasado 1 de agosto al Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, de que había dado orden de reubicar a estos animales en otro punto de la ciudad, ante la petición expresa tanto del Gobierno de Aragón como del Ministerio de Cultura. Sin embargo, solo un mes después, el Consistorio se ha echado para atrás y, de momento, mantiene la colonia en el Teatro Romano.

En este espacio se han asentado once gatos, que están esterilizados y controlados por la oficina de Protección Animal del Ayuntamiento. Su presencia ha abierto un pequeña-gran batalla entre quienes piden su reubicación para preservar los restos arqueológicos (departamentos de la Universidad de Zaragoza, Patrimonio del Gobierno de Aragón, Ministerio de Cultura, el propio servicio de Patrimonio del Ayuntamiento…) y quienes defienden su permanencia en este entorno (entidades animalistas y la oficina de Protección Animal del Consistorio).

Ante las peticiones que hicieron tanto la DGA como el Ministerio, el Ayuntamiento tomó la decisión de reubicarlos. Y así se lo hizo saber la vicealcaldesa, Luisa Broto, al Justicia de Aragón con el escrito firmado el 1 de agosto: "Según información verbal facilitada por el consejero de Economía y Hacienda (Fernando Rivarés), el consejero de Servicios Públicos y Personal (Alberto Cubero) ha dado orden de reubicación de la colonia felina que ocupa el monumento de Caesaraugusta".

No solo eso. La vicealcaldesa adjuntó al Justicia un completo informe de 66 páginas con toda la información recopilada hasta la fecha, y en el que se justifica la decisión de sacar a los gatos del Teatro Romano. En él se incluye un extenso reportaje fotográfico sobre los daños que han causado los felinos en las instalaciones. Ya en 2015, el área de Cultura alertó de que desde la instalación de la colonia, solo unos meses antes, "el deterioro del monumento y de las instalaciones ha sido palpable".

El informe municipal habla de daños en el canal romano, así como en los protectores de fibra de vidrio de las instalaciones de aire acondicionado. "Las heces de los animales se localizan por todo el monumento, degradando tanto los niveles arqueológicos como su estética, además de suponer un riesgo de salubridad", dice en aquel documento el servicio de Cultura del Ayuntamiento.

Marcha atrás municipal

Ante la contestación de Broto, el Justicia de Aragón decidió archivar la queja. Sin embargo, el Ayuntamiento da ahora marcha atrás por decisión del área de Servicios Públicos. Su responsable, Alberto Cubero, admite que pensaron en reubicar la colonia en otro punto "ante los requerimientos recibidos". Sin embargo, las quejas del sector animalista del Ayuntamiento han hecho que el gobierno paralice el traslado.

Los defensores de la permanencia de los gatos consideran que no son una amenaza para el Teatro, que en Roma hay felinos en las ruinas y que, además, evitan que aparezcan ratas y aves. Según Cubero, se van a aportar nuevos informes a la DGA y al Ministerio en los que el Ayuntamiento defiende –ahora– la permanencia de los gatos en el Teatro Romano. "Si al final los tenemos que reubicar, lo haremos. Pero de momento no se mueven de allí", concluye el concejal de ZEC.

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