Las obras vuelven a la colegiata de Santa María de Calatayud

Los trabajos de restauración vuelven a la colegiata de Santa María la Mayor de Calatayud tras el parón estival. El lunes, Construcciones Iberco dio inicio a unas actuaciones sobre la cúpula del templo que se extenderán durante seis meses con un equipo de cinco trabajadores. Todo ello por un importe superior a los 265.000 euros, financiados por un convenio entre el Ayuntamiento bilbilitano, el Ministerio de Fomento y el Obispado de Tarazona.

El inicio de las obras llega una vez que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, celebrada la semana pasada, concediera la licencia urbanística a la compañía para que se pusieran en marcha las actuaciones. Asimismo, el acta de comprobación de replanteo ya se firmó a mediados de julio.

En estos primeros días, los principales cometidos de parte de la plantilla se están basando en realizar el acopio de los materiales necesarios y en el montaje del andamiaje, cuya pieza principal se elevará hasta los 28 metros de altura, siendo que la cúpula está sobre unos 30 metros. Una vez instalada, en un proceso que según apuntan desde la empresa es "lento, porque hay que meter todas las piezas en el interior a mano, y cuidadoso", se pasará a hacer una inspección visual de la zona donde se va a actuar. De esta manera, los responsables de los trabajos podrán cerciorarse de que las tareas programas son las adecuadas.

Con el inicio de las labores –que fueron adjudicadas por la dirección general de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento– se pretende actuar de forma coordinada en el exterior y en el interior de la cúpula y restaurar así sus elementos escultóricos. De esta forma, se modificará el sistema de entrada de luz, para que llegue de manera más uniforme al interior del edificio y para ello se abrirán huecos ahora tabicados y se colocarán cerramientos con vidrieras emplomadas.

Asimismo se intervendrá de forma puntual en la estructura de la misma cubierta y se limpiarán y sanearán las hoy maltrechas fábricas exteriores. También se repararán algunos puntos interiores en la linterna, con el objetivo de suprimir grietas y poder sellar las fisuras existentes. En lo que respecta a la parte interior de la cubierta se hará un estudio detallado de la decoración mural y escultórica. Una vez se haya terminado este análisis, los restauradores eliminarán los restos de pintura para poder renovarla, volviendo a aplicar los dorados existentes y recuperando la riqueza de los elementos escultóricos de madera tallada y policromada. Al mismo tiempo, se mejorará el acceso hasta la cúpula y se instalará un sistema de pasarelas que hará más sencillo las posteriores labores de mantenimiento.

Por su parte, en las cubiertas adyacentes se llevarán a cabo trabajos puntuales, concretamente en la del ábside, y se mejorará el sistema de evacuaciones de aguas en la azotea para evitar problemas con las precipitaciones. Estos trabajos se engloban dentro de la primera fase de un plan de intervenciones que fue sellado en septiembre de 2016.

El objetivo final que se marcó en aquella firma entre Ayuntamiento, Fomento y Obispado era que la Colegiata – cerrada desde hace más de 7 años– pudiera reabrir sus puertas tanto al culto como a las visitas en 2019.