Los alquileres turísticos avanzan en Aragón, pero sin generar conflictos

Las plataformas digitales cuentan ya con más de 300 pisos solo en Zaragoza.

Una vivienda zaragozana en AirBnb
Una vivienda zaragozana en AirBnb

No cabe duda de que el debate del verano 2017 en España aborda el fenómeno del turismo masivo y sus consecuencias. El problema se centra en cómo servicios como las viviendas de uso turístico encarecen los alquileres y empujan a la población local fuera de sus barrios, así como en las actitudes irrespetuosas de algunos visitantes en lugares especialmente visitados. En Cataluña y el País Vasco, donde las protestas y los actos vandálicos son más palpables, hay también cierto componente político en las reivindicaciones.

Las pintadas del "turist go home" no han llegado a Zaragoza ni al resto de Aragón. No existe ese rechazo y tampoco parece cercano. Pero el principal desencadenante de esa alergia al turista, los pisos que se arriendan de forma específica para ese nicho de mercado, sí llevan al alza varios años. En los últimos meses, mucho: de marzo de este año a este mismo mes de agosto se ha pasado en Zaragoza de 230 viviendas a disposición de los usuarios de AirBnb a 306. A la plataforma más popular se unen otras como Wimdu, Niumba o HomeAway, que van sumando viviendas poco a poco. Detrás de los arrendamientos en Aragón hay unas pocas empresas privadas, que por el momento son minoría frente a los particulares.

La Comunidad tiene registradas más de 1.700 plazas destinadas al uso turístico, que se reparten entre la capital y otras zonas de especial interés para el foráneo, como el Pirineo, la zona de influencia de Motorland o el Matarraña. Con la puesta en marcha de un marco legal específico y el control del Gobierno aragonés se consiguió atajar la posible competencia desleal. Según los datos del Instituto Aragonés de Estadística, hasta junio de este año se ha incrementado su actividad casi un 17% respecto al mismo momento de 2016.

Pero su crecimiento no genera, por el momento, controversia. Nieves Boj, presidenta de la Federación de asociaciones de barrios de Zaragoza (FABZ), opina que "la situación en este sentido no es mala, pero hay que estar atentos y vigilantes para que no se disparen ni se concentren este tipo de alojamientos, ya que siempre existe la posibilidad de que haya intentos de especulación. Ya estamos expectantes para que no se produzcan procesos de gentrificación (aumento del nivel de vida que implica la salida de la población original de la zona) en barrios como La Madalena o El Gancho”.

La directora general de Turismo, Marisa Romero, precisa que el contexto turístico y el volumen de visitantes que llega a Aragón son diferentes a los de otras comunidades autónomas, a pesar de lo cual se trabaja para lograr que el progresivo aumento de turistas se base en la calidad.

Fuentes municipales ven lejano cualquier atisbo de rechazo debido al tipo de turismo que recibe la capital aragonesa, que fuera de momentos puntuales como las Fiestas del Pilar está "centrado en visitas de tipo cultural y también en viajes familiares y congresos". Según el perfil dibujado en la última memoria anual de Zaragoza Turismo, la horquilla de edad de los visitantes comprende entre los 36 y los 65 años y gasta entre 30 y 60 euros sin incluir el desembolso por el alojamiento.

Pese al avance de las viviendas de uso turístico, apenas un 7% de quienes visitan Zaragoza optan por hacer noche en este tipo de alojamiento, según el mismo informe. La mayor parte opta por el hotel, llevándose los de tres estrellas el 27% de las pernoctas. Los de cuatro estrellas suman el 22% y los de menor categoría (una y dos estrellas) dan cobijo a uno de cada diez visitantes. El resto del mercado se lo reparten los hostales y pensiones (5%), los hoteles de mayor rango (5%) y el camping (2%), sin olvidar las casas de familiares y amigos (8%). El 15% restante no duerme en la ciudad.

El sector hotelero está, en líneas generales, satisfecho por cómo se ha conseguido regular y acotar el crecimiento de las plataformas. Si bien al principio se generó cierta alarma y se avisó de la competencia desleal en potencia, lo cierto es que la convivencia está resultando sana.

¿Cuánto vale?

Los precios de AirBnb en Zaragoza no son excesivos. Una noche en un apartamento en las inmediaciones de la plaza del Pilar puede salir, en función del nivel y la ubicación exacta del piso, desde 50 hasta 140 euros por cabeza. Las tarifas descienden conforme uno se aleja del mismo centro… y vuelven a aumentar en los municipios de menor tamaño: las casas rurales han encontrado su hueco en las plataformas digitales, que les sirven de perfecto escaparate.

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