Ha provocado numerosos quebraderos de cabeza, pero parece que el –hasta ahora– incierto futuro del jardín vertical de Las Delicias comienza a despejarse. El área de Parques y Jardines del Ayuntamiento está a punto de firmar un convenio con la asociación Manuel Viola para que sean los vecinos de Las Delicias los que gestionen este espacio, que en lo últimos años, por falta de mantenimiento, ha permanecido más tiempo cerrado que abierto al público. Serán unos 8.000 euros que la entidad vecinal dedicará a procurar programación que pueda disfrutar todo el barrio, si bien previamente las brigadas municipales tendrán que acondicionarlo con una rigurosa puesta a punto.

"La condición previa es que lo arreglen porque tiene muchos desperfectos –hierros sueltos, vallas vencidas, agujeros en el suelo...– y tienen que dejarlo en perfectas condiciones para su uso", explica José Luis Zúñiga, presidente de la entidad vecinal, que precisamente tiene su sede en los bajos del jardín vertical. El gobierno de ZEC, por su parte, presume de conseguir así una "solución mixta" que ahonda en sus políticas de participación ciudadana pero reconoce que aún hay muchos flecos que cerrar como los horarios de apertura y cierre.

Dos años de cierre

La historia del jardín vertical, desde que se inauguró poco después de la Expo de 2008, ha sido tortuosa. El singular espacio ha sido objeto de críticas y denuncias por ruido e inseguridad, pero también fue seleccionado en su día, en 2010, como uno de los mejores espacios públicos de Europa. Entre sus inconvenientes figura lo laborioso que es el mantenimiento de la estructura de metal y también de la zona verde cubierta con decenas de especies vegetales. Entre sus puntos fuertes, el hecho de que fue el primer jardín vertical recorrible de Europa. Además, se convierte en un marco incomparable para cualquier actividad que se realice en su interior, como sucedió en mayo de 2016 con unas sesiones dedicadas a El Bosco (con música, danza y pinturas de los alumnos de la Universidad Popular) y con las que los vecinos reivindicaron la necesidad de dotar de vida al jardín. "Se celebraron con motivo del quinto centenario de la muerte del pintor y se grabó también un vídeo de bailes para Ecozine. Había que llamar la atención para que este rincón saliera del letargo", explican los vecinos, que creen que el jardín "tiene innumerables posibilidades de uso" y podría ser uno de los grandes atractivos de Las Delicias, "pero ha sido objeto del abandono municipal".

Con las nuevas intervenciones, está previsto que se solventen también algunas de las graves deficiencias de la plaza que, a simple vista, aún presenta cables sueltos, luces rotas o agujeros en su estructura. También se procurará limitar su horario para que el ruido no sea un problema para los vecinos de la calle de Caspe, que llevan tiempo reclamando "mejorar la convivencia".

Su problema no solo son los ruidos –especialmente por la noche en verano– sino también el hecho de que la estructura de 14 metros de altura pone en jaque su intimidad. Unas vallas para cerrar ciertas balconadas del jardín podrían evitar que se viera el interior de los edificios de enfrente y que los residentes pudieran hacer vida sin estar pendientes de las miradas indiscretas.