Un hombre acusado de corrupción de menores echa la culpa a los chicos y dice ser él la víctima

Ya fue condenado en 2009 por tener pornografía infantil y ahora se enfrenta a penas de entre 13 y 17 años de prisión.

El acusado, tras su letrado defensor, ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, tras su letrado defensor, ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Roberto M. G. debería haber sido juzgado este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza como presunto autor de tres delitos relacionados con la corrupción de menores y posesión de pornografía infantil. Sin embargo, la incomparecencia de una de las víctimas, que se encuentra temporalmente fuera de España, llevó a su abogado defensor a pedir la suspensión de la vista, solicitud a la que accedió el tribunal.

El procesado ya fue condenado en 2009 al pago de una multa de 1.800 euros por un delito de tenencia de pornografía infantil. En aquella sentencia, el tribunal creyó a Roberto M. G. cuando dijo que se había descargado archivos de sexo explícito de niños de manera involuntaria, dada su falta de destreza para manejar el programa Emule y su ignorancia de que los archivos pedófilos bajados se transferían a otros usuarios.

Ahora, se enfrenta ahora a peticiones de entre 13 y 17 años de prisión por engañar a dos chicos menores de edad a través de internet para que le enviaran fotografías de ellos desnudos y de índole sexual, y se le acusa de ofrecer y exhibir material pornográfico pedófilo y estar en posesión de estas imágenes. Como en 2009, el acusado alega en su defensa que la víctima es él y que alguien le ha suplantado a través de lo que se llama ‘phishing’. Se defiende, además, diciendo que todo es fruto de una denuncia falsa presentada por los padres de los menores, de 12 y 13 años, para ocultar lo que hacían sus hijos sin su conocimiento.

Denuncia en 2014

La investigación que condujo a la detención de esta persona comenzó en enero de 2014, cuando los padres de los menores descubrieron lo que estaba sucediendo y denunciaron los hechos. Los agentes de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía de Zaragoza, tras analizar el portátil usado por los chicos, descubrieron que Roberto M. G., de 32 años, había contactado con ellos a través de Facebook simulando ser una chica llamada Sarita D. N. A partir de ahí, les convenció para que le remitieran fotografías mostrando sus órganos genitales. Para ganarse su confianza, les remitió imágenes de carácter sexual de la supuesta Sarita D. N. También se comunicó con ellos a través de la aplicación Skype, en la que se daba a conocer con el nombre de ‘Sarita Besst’, e incluso por una amiga de esta última llamada ‘Pilar Besst’, que les pedía que hicieran y le enviaran lo mismo que a Sarita.

La investigación policial determinó que Roberto M. G. había sido quien había registrado el nombre de Sarita D. N., que los datos de la dirección IP correspondían al número de teléfono del acusado y que el domicilio en el que tenía activada la IP era el que comparte con su padre y en el que reside, a pesar de estar empadronado en otra calle de Zaragoza.

Además de estas comprobaciones, los funcionarios cotejaron los datos mencionados con los extraídos de otra investigación que se seguía por delitos de pornografía infantil, a raíz de una denuncia procedente de Estados Unidos. De esta manera, descubrieron que entre la información recibida de una carpeta había un informe de dos archivos de contenido pedófilo que correspondían al mismo perfil de usuario de Facebook ‘Sarita D. N.’, según la Fiscalía.

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