“El incendio de la torre de Londres sería casi imposible en Zaragoza”

Más allá de la altura de los edificios, los profesionales ponen el foco en cómo están construidos.

Imagen de archivo de una actuación de los Bomberos de Zaragoza
Imagen de archivo de una actuación de los Bomberos de Zaragoza
O. Duch

Zaragoza cuenta en la actualidad con 1.603 edificios de más de diez plantas de altura, la mayoría construidos a partir de la década de 1970, según refleja el censo del INE. Y la cifra seguirá creciendo. Las propuestas urbanísticas en la ciudad apuestan por inmuebles cada vez más altos.

Entre los próximos proyectos más emblemáticos en este sentido destaca la Torre Zaragoza, en la avenida de Navarra, que se convertirá en el edificio residencial más alto de la ciudad, con 30 plantas y 106 metros de altura. Solo le seguirá ganando la torre de Telefónica (117 metros).

También superará la media, con creces, el edificio de 216 viviendas proyectado para la plaza de Europa de la capital aragonesa, donde la promotora Ebrosa alcanzará las 20 plantas.

De momento son iniciativas puntuales, alejadas de las construcciones tradicionales de la ciudad, pero se pondrán a la altura -junto a otras ya existentes, como la Torre del Agua, la basílica del Pilar o el World Trade Center Zaragoza-, de la torre Grenfell (24 plantas), el edificio de apartamentos que la semana pasada fue pasto de las llamas en Londres, dejando hasta el momento 79 víctimas mortales.

Una situación que no alarma a los profesionales de la extinción de incendios de la capital aragonesa. Según Javier Unsáin, responsable de Formación de la Escuela de Bomberos de Zaragoza, un suceso de tales dimensiones “sería casi imposible aquí” ya que “hasta donde yo se, no hay edificios con polietileno”, material utilizado en el revestimiento del inmueble londinense, y prohibido por la legislación antiincendios.

De ahí que los materiales o la distribución de los espacios sea incluso más importante que las dificultades de una construcción vertical. En cualquier caso, “Zaragoza cuenta con los medios apropiados para las necesidades de la ciudad”, recueda Unsáin. En concreto, los equipos de extinción municipales incluyen una autoescala de 50 metros y varias de 35. “Eso no quiere decir que sea la altura real que alcanzan, ya que dependerá de cuánto nos podamos acercar a la fachada para instalarla”, puntualiza, y añade que este tipo de medios aéreos “no sirven para sacar a 30 personas en 5 minutos”.

De ahí que este bombero de dilatada trayectoria profesional insista en la importancia de otros factores, como la prevención mediante estrictas normativas de construcción. En Zaragoza, en concreto, rigen el Código Técnico de Edificación y la ordenanza de municipal de protección contra incendios, que por ejemplo obligan a la sectorización de los inmuebles a partir de una determinada altura.

O lo que es lo mismo, “las escaleras tienen que ser estancas, separadas por puertas” de las posibles llamas. “El problema -lamenta Unsáin-, es que muchas veces los ocupantes de las viviendas las dejan abiertas poniendo cuñas en el suelo”, lo que desactiva su función, y las convierte en lo que se conoce como un tiro de chimenea. De ahí que “la sectorización en los incendios de edificios altos es fundamental, si la cumplen lo podemos confinar fácilmente”, comenta.

Si a ello se le añaden extintores y las conocidas como columnas secas (tuberías ascendentes de acero por donde llevar el agua a todos los pisos), “las nuevas construcciones de Zaragoza, aunque sean altas, no debería presentar problemas”, tranquiliza.

La importancia de los ocupantes

Además, en las principales torres de la capital aragonesa, su uso y los materiales con los que están construidos, limitan los riesgos. Es el caso de la Torre de Telefónica, la basílica del Pilar (98 metros), la de La Seo (90), o la Torre del Agua (76). Para el responsable de Formación del cuerpo de Bomberos de Zaragoza, los mayores riesgos llegan con la denominada carga de fuego que los ocupantes introducen en los edificios: ropa apilada, estufas, enchufes sobrecargados... “Los incendios en trasteros, por ejemplo, son especialmente peligrosos, ya que no sabes qué pueden tener dentro, como bombonas de camping gas”.

En cambio, otras construcciones de menor altura, como el Residencial Paraíso, supone un reto para los bomberos, ya que por su distribución no pueden acceder con la maquinaria necesaria. En este caso, Unsaín apunta que la solución pasa por “hacer un tendido de mangueras desde el exterior” para luchar contra las llamas.

Por otro lado, los profesionales destacan que los tiempos de respuesta ante un suceso en Zaragoza son muy cortos, gracias a la buena distribución de los parques de bomberos, y que los protocolos de incendios en viviendas “están muy reforzados”. Aunque se trate de un fuego menor, el 'tren de ataque' inicial siempre cuenta con autotanque, autoescalera, vehículo de mando y ambulancia.

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