Las obras de construcción de la nueva Comisaría de Policía Nacional de Calatayud se han retomado tras más de un año de retraso en la zona conocida como Galapaguillo, en la calle Pascual Marquina.

El proyecto inicial se presentó en marzo de 2015 en un acto oficial en el que participó, entre otros representantes políticos, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. En aquel momento se fijó un presupuesto para esas obras de 3,3 millones de euros y un plazo de ejecución de 14 meses. Sin embargo, el Ministerio de Fomento adjudicó los trabajos (por valor de 1,6 millones) en febrero de 2016, dificultando que los trabajos finalizasen en mayo de ese mismo año, tal y como estaba previsto.

A esto se suma que, durante la preparación del terreno, se detectaron una serie de fallos en los cálculos del estudio geotécnico del proyecto de obras relacionados con la consistencia del terreno, en concreto sobre el nivel freático (la distancia a la que se encuentra el agua desde la superficie). Una cuestión que se explicaba desde el Congreso a raíz de una pregunta planteada por la diputada socialista Susana Sumelzo. Así pues, y tras un nuevo micropilotaje para garantizar las condiciones de seguridad adecuadas, el nuevo proyecto fue aprobado en diciembre de 2016. En este caso, y según indicó el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, con un incremento en el presupuesto valorado ahora en 1,9 millones. Si se cumplen los plazos previstos, la nueva comisaría estará lista entre abril y mayo de 2018.

Las nuevas instalaciones

El edificio sustituirá al que se levantó hace 41 años en la calle de Coral Bilbilitana. La nueva comisaría tendrá tres plantas más sótano y tres accesos y multiplicará por tres la superficie actual. Atención al ciudadano, DNI, pasaportes y denuncias ocuparán la zona más accesible de la planta calle, con entrada por Manuela Sancho, mientras que los calabozos estarán en el sótano. La jefatura, salas de reuniones, las brigadas de seguridad ciudadana, policía judicial e información ocuparán la primera planta.