La acusación tacha de "ilógico y absurdo" el veredicto del Jurado por el crimen de Ejea y pide repetir el juicio

No entiende cómo el tribunal dice que el sospechoso presenció la muerte y no lo condena ni siquiera como cooperador.

El acusado, Pablo Canales, junto a Javier Elía (defensa), Javier Notivoli (acusación) y José Luis Edo (fiscal).
El acusado, Pablo Canales, junto a Javier Elía (defensa), Javier Notivoli (acusación) y José Luis Edo (fiscal).
Oliver Duch

El juicio celebrado el pasado mes de abril por el asesinato y posterior decapitación del vecino de Ejea Eduardo Montori en 1996 podría tener que repetirse. Eso es al menos lo que ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) el abogado de la viuda, Javier Notivoli, por considerar "absurdo, ilógico e irracional" el veredicto de no culpabilidad emitido por el jurado popular. Para la acusación particular, "no tiene ningún sentido" que este considerara probado que Pablo Miguel Canales estaba en la casa de la víctima cuando lo asesinaron y ni siquiera lo condenara como cooperador. De ahí que haya recurrido la sentencia absolutoria y solicitado el señalamiento de una nueva vista con distintos jurados y magistrado presidente.

A través de su escrito, Notivoli pone de manifiesto lo que considera "pronunciamientos contradictorios" del Jurado y llega a la conclusión de que con los hechos considerados probados tras el juicio solo cabría una condena por asesinato. Recuerda el letrado que el tribunal reconoció que el acusado dijo varias veces a su esposa que había matado a Montori y que también comentó a los agentes de la Policía Local de Ejea que les iba a cortar la cabeza como al fallecido.

Pero la acusación particular hace especial hincapié en un hecho clave: la huella palmar de apoyo hallada en la pared de la habitación donde se encontró el cadáver. El laboratorio de la Policía Nacional concluyó que sin ninguna duda aquella huella pertenecía a Pablo Miguel Canales y los forenses añadieron después que tuvo que dejarla impresa en los instantes posteriores al crimen. "Los médicos forenses explicaron con claridad absoluta que la sangre humana tarda en coagular aproximadamente 2 minutos y en el presente caso posiblemente menos tiempo, ya que hacía calor y además se produjo en una habitación de menos de seis metros cuadrados", indica Notivoli en su recurso.

Pudo no actuar solo

El abogado de la viuda admite que el acusado pudiera haber perpetrado el crimen en compañía de otros. "Pero es evidente que propinó 17 puñaladas al fallecido en la caja torácica, que afectaron al pulmón y corazón, que lo degolló seccionando la arteria carótida y que después lo decapitó", mantiene esta parte.

La acusación llega a plantearse la posibilidad de que Pablo Miguel Canales no fuera el autor de las cuchilladas. En tal caso, asegura, "es obvio, evidente y palmario que cooperó necesariamente en la muerte, siendo por tanto o autor material o autor por cooperación necesaria".

Como segundo motivo para recurrir la sentencia absolutoria, el abogado se basa en una supuesta infracción en la calificación jurídica de los hechos. "Teniendo en cuenta las condiciones en las que se encontraba el acusado, presente en el lugar de los hechos, sin perjuicio de la participación de otras personas, que supondría la realización conjunta del hecho, no sería necesario que cada coautor ejecute por sí mismos los actos integrados en el tipo", señala. Con esta formulación técnica, lo que Notivoli viene a decir es que el asesinato pudo ser consecuencia de una suma de acciones "integradas en un plan común".

La acusación considera que el jurado no tuvo en cuenta esta circunstancia "incurriendo en una evidente omisión, al no ser examinadas las distintas formas de participación". Con estos argumentos, confía en convencer al TSJA de la necesidad de anular el primer fallo y repetir la vista.

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