Niega que maltratara a su expareja y la encerrara durante dos días en casa

El fiscal pide para el acusado seis años y cuatro meses de cárcel por delitos de detención ilegal, lesiones y hurto.

El acusado, Carlos S. G., durante el juicio que se celebró ayer en la Audiencia Provincial.
El acusado, Carlos S. G., durante el juicio que se celebró ayer en la Audiencia Provincial.
Oliver Duch

Carlos S. G. no golpeó ni insultó ni mantuvo encerrada durante dos días a su expareja en el domicilio que compartían en febrero de 2016. "Solo le dije que estaban sus hijas delante y que no quería discutir. Pero como ella venía de una relación anterior tóxica, a nada que discutíamos denunciaba. Luego venía, me pedía perdón y ya está".

Estas fueron algunas de las explicaciones que el presunto maltratador dio este lunes al tribunal de la Audiencia Provincial que lo juzgó por los delitos de detención ilegal, lesiones y hurto. La Fiscalía solicita para él penas que suman seis años y cuatro meses de cárcel, que la acusación particular, a cargo de Ester Mur, eleva a ocho años, ya que le atribuye también un delito de maltrato.

El acusado negó también durante el juicio que hubiera privado de libertad a su expareja y dijo que si hubiera querido marcharse, "tenía llaves" para abrir la puerta y salir y las ventanas para pedir socorro.

En cuanto a las policontusiones en la cara, piernas, brazos y un hemotórax que le apreciaron en el hospital, aseguró que su expareja padece lupus y le queda señal en cuanto la tocan. "Si le hubiera pegado, las marcas habrían sido espectaculares", se defendió.

Lesiones violentas

La versión del acusado, en cuanto a las lesiones, fue desmontada por la médico forense, quien dijo que las lesiones traumáticas producidas por mecanismos de violencia se distinguen perfectamente de las causadas por lupus.

La víctima, por su parte, reiteró que el 24 de febrero de 2016, cuando se disponía a irse con sus dos hijas pequeñas (fruto de una relación anterior) a casa de sus padres, el acusado se lo impidió.

"Me pegó puñetazos, me cogió del cuello y me tiró al suelo. Me quitó el móvil. Las llaves no estaban y no podía salir", declaró hecha un manojo de nervios. Esa noche, según contó, la pasó con sus hijas en una habitación. Como al día siguiente tenía que entregar las niñas a los padres de su ex en cumplimiento del régimen de visitas, relató que consiguió que Carlos S. G. le dejara el móvil para llamar a la abuela de las pequeñas y que acudiera a buscarlas.

La exsuegra confirmó que le avisó para que fuera, algo que nunca antes había ocurrido. "Me llamó llorando. Cuando fui me las sacó él y me dijo que su madre estaba mala. Después, en la calle, la niña de 5 años me dijo: “Yaya, no está mala, es que le ha pegado”".

La situación de encierro terminó cuando la víctima aprovechó que el acusado dormía para encontrar las llaves, salir e ir tres horas más tarde a comisaría. La defensa, a cargo de Marina Ons, presentó unos pantallazos de Facebook con fotos de ella colgadas el día que presuntamente estaba retenida. La mujer reconoció que era su página pero no recordaba haberlas subido. "No tenía móvil y no estaba para colgar nada", dijo. La abogada pidió la absolución de Carlos S. G. alegando que nunca la agredió o secuestró.

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