La juventud de El Gancho, ante las cámaras para concienciar sobre sexismo

‘Este cuerpo es mío’ incluye fragmentos en lengua de signos y cuyo mensaje han trabajado durante semanas.

Fotograma del vídeo musical realizado por los jóvenes de la Casa de Juventud San Pablo
Fotograma del vídeo musical realizado por los jóvenes de la Casa de Juventud San Pablo

La labor educativa en valores es una constante en la actividad de la Casa de Juventud de San Pablo. En este barrio zaragozano, el centro “lleva años trabajando con jóvenes y haciendo especial hincapié en la forma que tienen de relacionarse en su grupo de iguales y con sus parejas, así como en el feminismo”, cuenta su equipo de educadores. Si bien, uno de los últimos proyectos desarrollados entre las paredes de la Casa, situada en la calle Predicadores, está logrando una visibilidad que ha sorprendido a sus propios artífices.

Parte de la culpa la tiene la canción ‘Este cuerpo es mío’ de la artista guatemalteca Rebeca Lane, cuyo mensaje “es muy claro y permite visibilizar el terrible asunto de la violencia machista”. Los jóvenes han grabado un vídeo musical de este tema en el que interpretan su letra y cuentan, inspirándose en el videoclip original, una historia de maltrato a través de diferentes escenas de una pareja dentro y fuera del hogar.

La idea de utilizar esta canción surgió de los educadores del centro. Con ella, en el marco de uno de sus talleres, ‘Tarde de chicas’, abordaron “las emociones, los sentimientos o las experiencias de las jóvenes a través de la letra”, recuerda Miguel Frías, uno de los trabajadores de la Casa de Juventud. “Vimos la oportunidad de escuchar a otro tipo de artistas y canciones que mandan un mensaje positivo y, sobre todo, de empoderamiento de la mujer”, añade su compañera Sara Alonso, quien explica que el tema atrajo a las chicas desde el primer momento, y “nos comentaron que les gustaría bailarlo, interpretarlo y grabar un videoclip”. Fue entonces cuando el proyecto se abrió al resto de jóvenes asiduos del centro, que trabajaron la canción durante semanas para interiorizarla.

Ya manos a la obra, el vídeo cobró forma a mediados de marzo con la ayuda de la productora Ciudad del viento. Grabado en la misma Casa de Juventud, son doce los jóvenes del barrio de El Gancho, de entre 13 y 24 años, los que se han puesto delante de las cámaras para concienciar sobre sexismo y sensibilizar sobre la violencia machista. En el proceso, “han participado más chicos que se han implicado, esforzado y han reflexionado sobre, por ejemplo, cuestiones como el lenguaje sexista”, comentan los educadores, que califican la experiencia de muy positiva.

Para transmitir el mensaje al colectivo juvenil y al mayor número de población posible, dieron un paso más difundiendo el vídeo a través de sus redes. “La acogida en ellas y en el barrio ha sido abrumadora, llegando a las 1500 visualizaciones en YouTube”, relatan. También, “el audiovisual ha sido proyectado en distintos eventos del Servicio de Juventud como ‘Ygualarte’”.

Los mismos vecinos de San Pablo, cuentan, están felicitando a los protagonistas por su labor, pero también lo ha hecho la propia cantante Rebeca Lane. Además, con el propósito de hacer llegar su creación a más personas y derribar barreras, el estribillo de la canción es interpretado en lengua de signos. “Abordamos la integración de las personas con discapacidad auditiva y los chicos aprendieron sobre la lengua en un taller”, añade Isabel García, otras de las educadoras responsables de un proyecto que “pretende trabajar las relaciones entre las personas y las parejas, a veces tóxicas, y transmitir el buen trato entre los chavales y la visibilización del maltrato si saben que está sucediendo”, concluye.

“Un mensaje necesario”

Hasnae Oubaalla tiene 15 años y es una de las jóvenes que ha tomado parte en la iniciativa y que aparece en el vídeo musical. Aunque reconoce que los nervios no tardaron en hacer acto de presencia al colocarse ante las cámaras, juzga la experiencia como “muy divertida”. “Lo hemos pasado muy bien” mandando, a la vez, “un mensaje que es necesario transmitir porque la violencia machista está ocurriendo mucho”, opina.

Su compañera Leticia Bougherira, de la misma edad, tiene claro qué es lo que más le ha gustado: “La variedad de edades y sexos de las personas que hemos colaborado en el proyecto”, explica. Además, para ella, la trascendencia del vídeo “ha sido impactante porque lo han visto muchas personas y también la cantante, algo que no esperábamos”.

Sensibilizar es el objetivo final de todo este trabajo, y también lo recuerda Marta Alriols que, a sus 19 años, ha colaborado igualmente en la realización del audiovisual. “Creo que a través de este vídeo hemos podido concienciar más a la gente en el sentido de que había muchos aspectos de la violencia de género que nosotros veíamos como normales. Hemos reconocido cosas que, aunque consideremos cotidianas, pueden conllevar gravedad”, valora.

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