La primera tienda de disfraces se muda a internet

El primer comercio del ramo, que abrió hace 44 años en la calle de Cervantes, ha tenido que cerrar por la subida del alquiler. El dueño sigue vendiendo por la web.

Roberto Dionis, propietario del negocio, posa delante de El Cotillón después de cerrarlo.
La primera tienda de disfraces se muda a internet
Enrique Navarros

Roberto Dionis estuvo el pasado fin de semana cargando una furgoneta hasta cuatro veces para llevarse los disfraces y todo el material acumulado en la tienda El Cotillón, que abrió su padre Pablo en 1973, en la calle de Cervantes. En pleno centro de Zaragoza, cerca del paseo de Sagasta, los comerciantes vecinos ya los añoran y solo acaban de irse hace una semana. La familia Dionis ha optado por cerrar la tienda porque les habían subido el alquiler hasta el doble de precio debido al cambio de propietario y se han refugiarse en un local de Malpica, donde tienen la fábrica, y una web que acaban de crear como alternativa. Todos los comercios de disfraces que se han abierto en Zaragoza (Bacanal, Antifaz o Disfraces Teresa) son clientes suyos como distribuidor y tienen muy buena relación. Todos lamentan que El Cotillón haya tenido que echar el cierre, igual que la competencia desleal, que les plantean los negocios chinos.

"Aquí han venido tres generaciones a buscar el disfraz para sus fiestas: el abuelo, el padre y el nieto. Mi padre era comerciante de máquinas de escribir Olivetti hasta que decidió abrir el negocio hace 44 años", explica Roberto Dionis. "Hemos creado la web www.disfraceselcotillon.com y tenemos 20.000 referencias nacionales e internacionales".

Su padre les dejó el negocio a los dos hijos en 2012 y, al final, siguió solo el camino Roberto, de 39 años, con su mujer Isabel desde 2014. En los últimos dos años, han tenido que de pagar 440 euros por el alquiler hasta casi 800 que les pedían los últimos meses porque la familia que era propietaria de los locales del edificio de Cervantes número 2 lo repartieron entre varios hijos. Los que les tocaron a ellos residen en Pamplona, no los han conocido y, al final, ni siquiera pudieron devolverles las llaves en mano y las depositaron en los juzgados, después de llevarse todo el contenido de la tienda.

Fábrica en Malpica

La Estatua de la Libertad, Elvis cabezón, el preso, Atenea, chico y chica hippie, piratas harapiento, Leprechaun son algunos disfraces que se llevaron y ahora ofrecen en la web como alternativas a los consumidores. "Hay serpentinas, sombreros de muchos tipos, banderas, confeti... y los fabricamos nosotros en la nave de Malpica", dijo Dionis enumerando algunos de los productos que venden.

En menos de una semana, el dueño del negocio no se queja del cambio de la tienda por la web. "Ya nos han reclamado sacos de confeti desde Sevilla para la feria de abril, que son muy buenos clientes. Esto de internet funciona y ahora estás allí o no existes", reconoce Roberto Dionis.

La costumbre de comprar disfraces ya no se concentra solo en las etapas habituales como Navidades, Halloween y Carnaval, sino que se alargan estos períodos y se compran para las fiestas de los pueblos, las despedidas de solteros y hasta en cumpleaños.

"Trabajamos todo el día y casi todo el año porque ahora pueden pedirlo por internet. Queremos ver si se podría vender en la misma nave de Malpica, pero de momento no vamos a buscar otro local", apunta el dueño, quien se recupera de haber dejado la tienda en busca del futuro.

De hecho, la costumbre de los clientes ya obligaba a abrir la tienda los sábados por la tarde de 17.00 a 20.30. El comercio del disfraz de El Cotillón se ha convertido casi en "una sastrería a la carta" para distribuirlo a otras tiendas o venderlo a los usuarios. "Fabricamos sombreros a mano, desde cordobeses, a monteras, bombines, salacot o del oeste. No se paga la hora que cuesta. Ofrecemos banderas de todas las autonomías y guirnaldas", detalla.

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