Las obras de una de las dos pistas durarán un mes
La convivencia entre los aviones militares y civiles en la Base y el Aeropuerto de Zaragoza se limitará a una de las dos pistas de la instalación hasta finales de mayo, con las fiestas de Semana Santa por medio. Según fuentes militares, las obras de ampliación de la plataforma 3.0 izquierda, situada en el sector sur de los militares, están previstas que duren más de un mes. El motivo de estos trabajos se deben a la llegada el pasado 1 de diciembre del primer avión de transporte militar Airbus A400M, que va a sustituir a los Hércules, y el Ministerio de Defensa tiene previsto que lleguen catorce nuevas aeronaves hasta el año 2022.
Dos cables en cada plataforma
Las dos pistas con las que cuenta la Base y el Aeropuerto tienen el sistema de seguridad con una barrera de cable como la que se utilizó con el F-18 el pasado jueves. Están situadas dos en cada pista: uno en la cabecera, para facilitar el freno de un avión en aterrizaje, como el que se vivió con el caza, y al final de las mismas, con lo que se pretende detener el despegue de un avión.
El aterrizaje de emergencia del F-18 que ocurrió el pasado jueves bloqueó el aeropuerto de Zaragoza durante cinco horas porque no se pudo sacar el caza por el fuerte viento con una grúa y se dilató que lo remolcaran. Un avión civil procedente de Londres con 160 pasajeros tuvo que desviarse a Barcelona y volvieron en autobuses. Otros dos vuelos a Londres y Málaga sufrieron retrasos.
Fuentes militares recordaron ayer que el coste de un cazabombardero F-18 se eleva a unos 20 millones de euros al Ministerio de Defensa. Algunos cazas se han perdido en accidentes como el choque con un buitre, como ocurrió en 1994 en el campo de Bardenas (el piloto Eduardo Gil saltó), o por colisionar entre dos aeronaves F-18, que sucedió en 2000 sobre Ejea de los Caballeros (falleció el teniente Bermejo Rosado). España adquirió 72 aparatos que llegaron desde 1985 y están en las bases de Zaragoza, Torrejón de Ardoz y Gando.
