El perito judicial concluye que un "montaje incompleto" causó el accidente de la Oktoberfest

Coincide con el informe de la Policía y con el emitido por los ingenieros consultados por la acusación particular.

Un policía entra a la carpa la noche el pasado 8 de octubre, cuando se produjo el accidente.
Un policía entra a la carpa la noche el pasado 8 de octubre, cuando se produjo el accidente.
Raquel Labodía

Los tres informes aportados hasta ahora a la investigación del accidente de la Oktoberfest o carpa de la cerveza, ocurrido el 8 de octubre de 2016, coinciden básicamente en que la viga que cayó e hirió gravemente a una mujer se soltó de su alojamiento porque faltaban piezas en la estructura.

El magistrado instructor del caso, Rafael Lasala, cuenta desde la semana pasada con las conclusiones a las que ha llegado el perito judicial de la Dirección General de Justicia e Interior al que encargó un informe. Tras visitar la carpa y analizar la documentación, este experto llega a la conclusión de que el accidente pudo producirse como consecuencia de un "montaje incompleto" de la estructura metálica de la cubierta. En su escueto informe, expone que efectivamente faltan las riostras o piezas metálicas que la Policía dijo que no estaban cuando hizo la inspección ocular del recinto.

La Policía Científica inspeccionó la carpa a la mañana siguiente del accidente, por lo que fue la primera en dar su versión de lo sucedido al juez. Los funcionarios concluyeron que la riostra de 4,90 metros de longitud se desprendió desde una altura de 5,70 a causa de las deficiencias de montaje y de mantenimiento de los materiales. Añadían que la ausencia de determinados elementos originó un aumento de las tensiones que la pieza metálica que sujetaba la riostra no soportó. Al romperse, la viga se salió de su punto de apoyo y terminó cayendo sobre la cabeza de Elena O. R., de 37 años.

El tercer informe con el que cuenta el instructor del caso es el aportado por la acusación particular, ejercida por los letrados Alberto Cervera y Óscar Frontiñán. Se trata de un dictamen más extenso que el del perito judicial, ya que los dos ingenieros industriales que lo han elaborado no se limitan a valorar las causas del siniestro sino también si se cumplió la normativa aplicable a este tipo de actividad.

Su primera conclusión es contundente: "Está fuera de toda duda que el accidente se produjo al desprenderse de su alojamiento en uno de sus extremos una de las correas de cubierta que, al caer en un movimiento pendular, se soltó de su otro extremo y cayó al suelo". Al igual que la Policía, afirman que el alojamiento de la viga se arrancó a producirse un esfuerzo de tracción superior al teórico, al no existir la riostra que debería haber estado en el vano contiguo. Añaden que esa viga, como otras diez más, no se pudo montar porque las piezas que las tenían que sujetar se habían desprendido en montajes anteriores y no se arreglaron en su momento.

Esta circunstancia, en su opinión, revela que la ausencia de vigas no fue detectada por las inspecciones de los Servicios de Protección Civil ni se reflejó en el certificado de final de obra y tampoco se hizo un proyecto completo para la tramitación municipal al no justificarse la normativa que debía ser de aplicación.

Seis investigados

Esta circunstancia no es baladí, pues el juez está investigando no solo al promotor de la Oktoberfest, Luis. G. S., al jefe de mantenimiento, Ángel P. C. y al ingeniero técnico y firmante del certificado de obra, Sergio E. F., sino también al concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza, Alberto Cubero, el jefe de la Oficina Económico-Jurídica de Servicios Públicos y Personal, Enrique Asensio, y al ingeniero técnico del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza que inspeccionó la carpa de la cerveza, Raúl C. A los tres primeros por su responsabilidad en el montaje y a los segundos por las licencias e inspecciones.

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