Los ayuntamientos han puesto en marcha planes para luchar contra la procesionaria en zonas verdes y colegios. El objetivo no es otro que actuar para evitar que las filas de orugas provoquen riesgos sanitarios y afecciones en personas y animales. Este año, muchos municipios han adelantado sus actuaciones para frenar la plaga antes de que se convirtiera en un problema.

Según informan fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza, en la capital se está actuando mediante la retirada de bolsones desde finales del pasado enero. En este tiempo se ha trabajado sobre 243 pinos y se han invertido 138 horas de trabajo. Las mismas fuentes recuerdan que cuando llegan avisos de centros escolares, estos siempre se atienden con prioridad. Por el momento, el Consistorio zaragozano no tiene prevista la aplicación de tratamiento químico, ya que la situación no lo aconseja. En la capital, el mayor número de avisos se han dado en zonas como San Gregorio, Juslibol y otras donde coexisten pinos gestionados por el servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento zaragozano –que tienen un tratamiento programado– y con ejemplares que no son de competencia municipal y que pueden transferir la plaga.

Ejea de los Caballeros también tomó cartas en el asunto para evitar problemas. Según informan en la web del Ayuntamiento ejeano, a mediados de febrero se hizo un control fitosanitario de procesionaria en varias zonas arboladas del municipio, la mayoría en los pueblos de colonización, así como en masas forestales del entorno de la estanca del Gancho, los pinares de La Llana, parque Boalares o la estanca Bolaso. El Ayuntamiento destinó 13.915 euros a esto.

En el caso del Ayuntamiento de Tauste, este invierte 3.000 euros en tratar, antes de la primavera, los pinares que rodean los barrios de Sancho Abarca y Santa Engracia y otros situados cerca de Tauste. El resultado es que los pinos no tienen bolsas y no se ven orugas. También hay procesionaria en los montes de las Cinco Villas. A simple vista se ven nidos abundantes en los pinares del norte de la comarca, en Sos, Luesia o Biel. Esta circunstancia se achaca según especialistas consultados a que hace cinco años que la DGA dejó de hacer tratamientos aéreos.

Según los expertos, la virulencia es inversamente proporcional al frío del invierno. Y si hace mucho frío, el ataque es menor. El año pasado fue, en este aspecto, uno de los que generó mayor explosión demográfica debido a las temperaturas primaverales que se registraron inusualmente a comienzos de año. Pero en esta ocasión, la afección ha sido menor.

El mayor problema se da en las zonas repobladas recientemente, donde hay árboles jóvenes. Varios ataques en años sucesivos debilitan el pino y pueden dejarlo a merced de cualquier otra plaga, como un barrenador o un hongo. De esta manera se ve bastante ataque en el sur de la comarca, en la zona de Tauste, donde hiela menos.

En Villanueva de Gállego, este año se adelantó la actuación preventiva con éxito y, de momento, no se han detectado problemas. La actuación se centró en el barrio de Tinajón, el parque de San Jorge y la zona del entorno del consultorio médico. Según fuentes municipales, se utilizaron productos autorizados para atacar la mariposa de la procesionaria.

Desde el Gobierno de Aragón explicaron que la administración forestal no es competente para actuar o autorizar tratamientos en pinares que se encuentran en el ámbito urbano. Desde los Servicios Provinciales se contrata o encarga un servicio de asistencia para el control biológico y la lucha integrada de plagas. Esta prestación permite la colocación de nidales y de trampas con atrayentes, su control y los posibles daños. Además, se informa y asesora a otras administraciones y al público en general. Destacaron también que se está elaborando desde la Dirección General de Gestión Forestal una campaña divulgativa para conocer la procesionaria y sus funciones en la naturaleza –entre otras, que forma parte de la dieta de aves insectívoras de interés–.