Diego acaba de celebrar su cumpleaños. Lo hizo el pasado 27 de febrero. Y con poco más de un año de vida, este pequeño casetero vivirá el domingo un acontecimiento especial. Él es uno de los 26 bebés que, llegados al mundo en 2016, participan en una iniciativa a la que decidieron sumarse la asociación de vecinos de Casetas y la Junta Vecinal hace un lustro y que tiene como eje la plantación de un árbol por cada niño nacido en el barrio rural el año anterior.

“Plantar un árbol que va a estar siempre ligado al niño es algo muy bonito”, contaba ilusionada esta semana su madre, Ana Reche, acerca del proyecto ‘Los bebés vienen con un árbol debajo del brazo’, del que ha decidido formar parte. “La pena es que cuando nació mi hija mayor, todavía no había comenzado la iniciativa”, se lamenta.

Para ella, amante de la naturaleza, poder decirle a su niño que poco después de que él naciese también lo hizo un árbol que ha ido creciendo al mismo tiempo es muy importante: “Vamos a mimar ese árbol y a inculcarle que el entorno natural hay que cuidarlo”, agregaba quien también reconocía que a la cita festiva no iban a faltar ni la abuela de Diego, ni su padre, ni su hermana, ni tampoco su tía, “si le dan fiesta”, bromeaba.

No es extraño que se junten varias ramas del árbol genealógico en un acto que en esta ocasión está previsto que arranque a las 11.00 en la calle Camilo José Cela del barrio. De hecho, el año pasado fueron hasta cuatro las generaciones diferentes de una misma familia que se congregaron en ese mismo lugar donde las nuevas especies echarán raíces.

Allí acudirán este domingo los padres y familiares de los bebés para, pala en mano, terminar de plantar los 26 ejemplares que colocan previamente operarios del servicio de Parques y Jardines. “Los padres van con los niños a su árbol, echan las últimas paladas de tierra, lo riegan y se toman unas cuantas fotos para el recuerdo”, explica Isabel Vaquero, presidenta de la AVV. Además de recibir los progenitores un diploma de ese peculiar apadrinamiento del niño, una pequeña placa de metal con el nombre del bebé y su fecha de nacimiento se emplaza igualmente en su espacio.

El objetivo del proyecto, más allá de realizar un homenaje a los pequeños y contribuir a revitalizar el entorno medioambiental, pasa porque los niños “al crecer, sepan que se plantó un árbol cuando ellos nacieron, que se desarrolla a su vez y que han de cuidar, para implicarles y concienciarles en la importancia de respetar el medioambiente”, subraya Isabel Vaquero.