Los actos vandálicos dejan a Casablanca sin casetas para intercambiar libros

La junta de distrito estudia dar otra oportunidad al proyecto. Se descarta invertir más en las ya estropeadas.

Una de las casetas, ya sin puertas, en una de las zonas verdes del barrio de Casablanca.
Los actos vandálicos dejan a Casablanca sin casetas para intercambiar libros
Raquel Labodía

Se instalaron en 2014 y duraron lo que un relato corto. Las casetas de ‘bookcrossing’ de Casablanca, que permitían el intercambio anónimo y gratuito de libros, no han sobrevivido al vandalismo. En 2015, Elena Martínez, presidenta de la junta de distrito, invirtió 1.300 euros para restaurarlas, pero el esfuerzo fue en vano. "Se las llevaron a casa, les arrancaron las puertas... Alguna duró un día", explicó.

Ahora, la junta estudia darles una nueva oportunidad. Aunque no habrá más presupuesto para recuperarlas, el proyecto se repensará para promover aquellas que sí funcionen. De ello se encargará una nueva comisión de cultura. Las deterioradas, según Martínez, "serán retiradas".

Aunque no todas se conservan igual de mal (algunas sí funcionan), se llegó a la conclusión de que seguir gastando dinero "no tenía mucho sentido". "La propia empresa encargada de su reparación opinaba lo mismo", añadió. En algunas ya solo queda el mástil. En la plaza de Beethoven, sin ir más lejos, tuvo que suprimirse "al completo", ya que el puntal estaba "en un lugar muy transitado por niños". Pese a que se estudió encargar otras de metal, el proyecto parecía haber caído en el olvido, ya que se instó a presentar propuestas para los presupuestos participativos del distrito y "no hubo ninguna".

Martínez cree que hasta ahora no ha habido excesivo interés, aunque está abierta a debatir al respecto si los pareceres cambian de cara a próximas convocatorias. En todo caso, será necesario dar "otro aire" al intercambio, propuesto en su día por la asociación de vecinos Los Montes de Valdespartera. "Habría que buscar casetas de otros materiales más resistentes o cambiarlas de ubicación", afirmó.

Leticia Crespo, anterior presidenta del distrito, admitió que entre 2014 y 2015 también hubo que reparar alguna caseta. Su construcción, a cargo de una empresa de inserción social, costó 3.509 euros, a razón de 350 por caseta. En total se instalaron diez (tres en Valdespartera, dos en Rosales del Canal, dos en Montecanal, dos en Casablanca y una en Santa Fe). "Se les dio un primer empujón con libros duplicados de la biblioteca y otros recogidos en la junta. Hubo un par de liberaciones, pero luego funcionaron de forma autónoma. En un primer momento hubo bastante respeto por el tema", aseguró, al tiempo que recordó que "para su decoración se impulsó una jornada abierta que contó con una gran participación de familias y ayudó a que el distrito se implicara en el proyecto".

Mucho por mejorar

Gonzalo Martínez, presidente de la asociación de vecinos Tomás Pelayo de Casablanca, lamentó que la acción vandálica haya llevado al "fracaso" un proyecto que parecía tan prometedor. "Es una pena", dijo. La caseta situada en el parque de los Incrédulos (que puede verse en la imagen superior) ya no tiene puerta, aunque, de vez en cuando, su interior sigue albergando algún que otro libro. Iniciativas como esta, apuntó Martínez, habrían servido, por ejemplo, para dar salida a aquellos libros "que sobran por casa" o que ya se han leído, pero se han quedado en nada. "No es solo un problema de educación. Creo que nosotros también hemos fallado al no haber sabido transmitir ciertos valores", argumentó.

Este, en todo caso, no es el único punto a mejorar del parque. Los vecinos llevaban tiempo reclamando unas escaleras para acceder al quiosco de la música, reivindicación que ya han visto cumplida (se ha instalado una de rejilla acorde a las características de esta zona verde). Aunque querrían que las casetas se arreglasen, son conscientes de que los reiterados actos vandálicos hacen "que no sea rentable".

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