“Son cada vez más las vecinas y vecinos que muestran su indignación por la disminución de frecuencia en las líneas 22 y 24”, publicaba la asociación vecinal Las Fuentes el pasado 28 de febrero en las redes sociales. Aunque desde la asociación explican que hasta el momento no han realizado un estudio o análisis en profundidad de la situación, aseguran que las quejas relativas a los tiempos de paso de ambos autobuses urbanos se han incrementado desde finales del mes de febrero.

“Las quejas son reales y, aunque no sabemos si ha habido algún cambio en  las frecuencias o si se trata de momentos puntuales de demora, las opiniones de los usuarios nos hacen reaccionar”, comenta Diego Luque, miembro del colectivo, quien detalla que han recibido comentarios a pie de calle y en las mismas marquesinas de los autobuses haciendo referencia a que las frecuencias de ambas líneas han podido empeorar. “Nos llegan afirmaciones de que hay que esperar demasiado en la paradas y de que los vehículos tardan algo más que antes en llegar”, detalla.

Según explican en esta agrupación vecinal, la línea 22 acumula un mayor número de quejas que la 24 “porque los coches son algo más viejos o están más deteriorados”. Además, Luque recuerda que hace algo más de una semana se estropeó un autobús de la primera línea en la parada inicial y “los vecinos tuvieron que esperar en torno a media hora hasta que fue reparado”. Una situación que creó, en su opinión, malestar en un momento puntual y entre las decenas de personas que se vieron afectadas.

Este integrante del colectivo, también usuario habitual de la línea 24, reconoce que él percibe igualmente diferencias en los tiempos de esta con relación a los de hace unos meses: “Ahora espero un poquito más”, apunta. Otra de las circunstancias que argumentan atañe a la posible irregularidad en la llegada de estos vehículos. “De vez en cuando se observan hasta dos y tres autobuses juntos y, después, hay un periodo de bastantes minutos en los que no pasa ninguno”, manifiestan en la AVV.

Agustín Gozalo es vecino de Las Fuentes y comparte tal diagnóstico, además de señalar otras líneas. Tanto él como su mujer hacen un uso frecuente de los autobuses 22 y 44. “Los dos tardan mucho en llegar a la parada, como mínimo, entre diez y doce minutos. Hay horarios en los que van bien, pero otros muchos no; y a partir de las nueve de la mañana o sobre las cinco de la tarde, hay que armarse de paciencia”, opina.

Para Gozalo, este no es un problema reciente, pues “el 22 lo utilizamos desde hace años y nunca hemos estado contentos”. “Funciona muy mal, pasa con unos lapsos de tiempo impresionantes y, en ocasiones, llegan dos autobuses juntos a la primera parada y uno de ellos se va vacío a la siguiente”, incide.

Todo lo anterior va a llevar a los miembros de la agrupación vecinal a realizar una revisión global de estos servicios de transporte público. “Desde la asociación queremos manifestar públicamente las quejas recibidas y, en una reflexión más profunda, analizaremos la situación en los próximos días para comprobar si realmente existe algún problema y trasladarlo, si es así, a la junta de distrito o al Ayuntamiento para tratar de resolverlo”, ahonda Diego Luque al tiempo que recuerda que en el futuro esperan que la segunda línea del tranvía pueda pasar por Las Fuentes, “mejorando así la movilidad”. Si bien, “hasta entonces, pedimos que tanto la línea 22 como la 24 operen correctamente, pues de la 30 y la 44 no hemos recibido quejas”.

Desde el servicio de Movilidad del Consistorio informaban este jueves que ni las frecuencias ni los cuadros de marcha se han modificado para las líneas 22 y 24, al tiempo que apuntaban que “estos días, se ha registrado más tráfico y puede que lo hayan notado los vecinos”. Igualmente, “cuando finalizó la huelga, tanto Ayuntamiento como empresa y comité de empresa firmaron un compromiso para la revisión de los cuadros de marcha, cuyo estudio está ahora en pleno proceso. Cuando se detecte dónde existen fallos, se tratará de ponerles solución”, agregaban fuentes municipales.