El futuro uso de la Casa Solans, la joya arquitectónica modernista de la margen izquierda –vacía tras la marcha de la oficina de la ONU para la Década del Agua–, se decidirá en una consulta popular abierta a todos los zaragozanos. Esta es, al menos, la intención de ZEC.

La concejal de Participación, Elena Giner, adelantó ayer que el compromiso adquirido con la junta de distrito del Rabal dará lugar a una encuesta ciudadana aún por definir que no se iniciará hasta que no concluyan las distintas fases de los presupuestos participativos. Por ahora se desconoce qué similitudes guardará con la del tranvía (duración, edad mínima para participar, puntos de votación...), pero, como ya sucediera con la línea 2, se contempla ofrecer distintas opciones para que sean los ciudadanos quienes elijan una u otra.

La intención es que participen todos los distritos y no solo el del Rabal. "Es un equipamiento enclavado en un barrio determinado, pero, por sus características, también un recurso de ciudad. El resto de Zaragoza tendrá algo que decir. Si no en las propuestas de a qué destinarlo, sí en la elección del destino final", indicó la concejal.

Habrá, en cualquier caso, una serie de condiciones. Las opciones que se propongan "tendrán que respetar el mobiliario existente", añadir "el mínimo imprescindible" y velar por que los cambios resulten acordes "a sus características formales y decorativas". Asimismo, quedarán excluidas aquellas que impliquen "usos intensivos que supongan la presencia permanente de muchas personas", tendrá que estar abierto a visita pública "al menos cuatro días al mes" y ser sostenible económicamente, entre otros requisitos.

Esto hace que "no cualquier cosa se pueda llevar allí". "De hecho, había una propuesta por parte del área de Derechos Sociales que se desechó por provocar rechazo en la junta de distrito", apuntó la edil.

El proceso no se ha lanzado por haber otros en marcha y tener que acompasarlos, pero "sigue estando previsto". Se trata de una cuestión por la que PSOE y CHA preguntaron en comisión. Para Leticia Crespo, concejal de la formación nacionalista, el cierre de este equipamiento es "un perjuicio para la ciudad". En respuesta, Giner aseguró que "el compromiso sigue siendo abrirlo".