Un lotero de la ONCE reparte 1.250.000 euros en Las Fuentes justo antes de jubilarse

El responsable del puesto se ha mostrado emocionado por entregar los premios a "vecinos que de verdad lo necesitan".

El lotero Jesús Forte posa delante del puesto donde trabaja, en Zaragoza.
El lotero Jesús Forte posa delante del puesto donde trabaja, en Zaragoza.
Marcos Martínez

Las agujas del reloj todavía no alcanzaban las 7.30 de este martes cuando Jesús Fuste, vendedor del quiosco de la ONCE ubicado en la esquina de las calles Alvira La Sierra y Jorge Cocci -en Las Fuentes-, abría la ventanilla con los labios prietos y los ojos sonrientes. "Hoy es un día muy bonito para mí", comenta con voz baja, pero firme.


No es para menos. Si la suerte se materializara y adquiriese un nombre, el suyo sería un buen candidato. Este lunes, Fuste vendió 9 cupones premiados con 35.000 euros cada uno, y otros 10 que, además de esa cantidad, incluían 'la paga' de 3.000 euros mensuales durante los próximos 25 años. En total, 1.250.000 euros en boletos pertenecientes a la serie 'Igualdad sin descartes'.

 
"Me siento muy alegre, sobre todo, porque el dinero ha ido a parar a clientes de toda la vida que son mayores y que, en verdad, lo necesitan", dice, al tiempo que detalla cómo han sido las reacciones de los premiados."Esta mañana ha venido una mujer a comprar su cupón, como todos los días; no se había enterado de que le había tocado y le he dado yo la noticia", explica entusiasmado.


"Se ha puesto muy nerviosa, no se lo creía; yo le he dicho que tenía que contárselo a su hija para que le acompañe al banco y, así,  pueda cobrar el premio", continúa, y advierte de que la mayoría de los agraciados todavía no se han dado cuenta de que el número afortunado -el 45720- es el que llevan en su cartera.


Pero no es la primera vez que este zaragozano de 60 años reparte suerte. Según precisa, hace dos años también entregó un cupón premiado con 100.000 euros y otros 20 con 600 euros. "Días como estos son los que me hacen pensar que mi trabajo es el mejor del mundo; repartir suerte es algo muy gratificante, sobre todo en un barrio como este", comenta.


Lo cierto es que 5 minutos junto a su puesto de trabajo son suficientes para comprobar cómo Fuste se ha convertido, en los 4 años que lleva en él trabajando -los 9 anteriores vendía suerte en el barrio Oliver-, en una pieza clave del vecindario.


Desde 2012, ha sabido reconvertir la ventosa esquina donde trabaja en el lugar de breves e improvisados 'buenos días'; uno de esos espacios que la rutina convierte en hogareños para los cientos de personas que por ellos pasan cada día.


Por eso, el anuncio de su jubilación dentro de 11 días, ha despertado la nostalgia entre muchos de sus compradores habituales. "Vengo a su puesto a diario y no verle aquí más, para mí, va a ser una pena; es un buen amigo de todos y le vamos a echar mucho de menos", afirma Félix Bazán, vecino de la zona.


"Qué duda cabe de que se trata de una mala noticia para nosotros, pero también nos alegramos por él, porque ahora podrá descansar y dedicarse a lo que más le guste", añade su compañero, Tomás Gonzalo.


A partir del próximo 3 de febrero, Fuste dejará atrás su etapa como trabajador, pero advierte de que seguirá presente en el barrio, ya que "hay que estar en activo". Además, comenta que se pondrá a estudiar informática. "Me da lástima dejar el puesto, pero también tengo ganas de cumplir otros proyectos personales", concluye.

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