Borja urbanizará otro solar degradado y creará un espacio peatonal con gradas y juegos infantiles

El Ayuntamiento prevé transformar la plaza de San Bartolomé, donde en 2010 se derribaron unas viviendas.

La plaza de San Bartolomé de Borja cambiará radicalmente de aspecto cuando se complete la urbanización que plantea el Ayuntamiento para crear una nueva zona peatonal en el casco antiguo y dotar al espacio de una apariencia moderna. Este será el segundo solar en el que se actuará esta primavera, después de que se lleven a cabo las obras previstas entre las calles de San Bartolomé y Trévedes.


El alcalde, Eduardo Arilla, explicó que se ha redactado una memoria valorada que requiere la autorización de Patrimonio del Gobierno de Aragón, al estar incluida la actuación en el casco histórico de la localidad, declarado bien de interés cultural. El presupuesto total podría superar los 71.000 euros. En 2010 se derribaron dos viviendas y un corral y no se ha actuado desde entonces.


El proyecto, que ha elaborado la arquitecta borjana María Martínez Fábregas, surge "con la vocación de acondicionar un espacio vacío y deteriorado entre dos puntos de interés", como son la iglesia parroquial de San Bartolomé y el palacio (del mismo nombre). Pretende ser "una intervención mínima, pero de gran impacto", Así, se acondicionarán los desniveles existentes por medio de un graderío que se adapta a la orografía existente, que tiene una diferencia aproximada de 1,6 metros entre las calles de San Bartolomé y Belén.


Al estar situado en pleno casco histórico de Borja, la intervención precisaría la inspección de un arqueólogo, por lo que, tal y como recoge el documento inicial, se tomará como base el estudio arqueológico y geotécnico realizado para las obras del palacio de San Bartolomé. Entonces se encontraron restos de una muralla, que se pretenden incorporar ahora al proyecto.


La arquitecta añadió que la idea de urbanización se basa principalmente en potenciar la importancia tanto de la iglesia de San Bartolomé como de la casa parroquial. La nueva plaza facilitaría la comunicación entre las calles, salvando los diferentes desniveles que, actualmente, complican el paso de los peatones. Así, para evitar la diferencia de alturas el proyecto incluye un graderío de hormigón, que en un futuro pueda emplearse como zona para espectadores en espectáculos. También se mantendrá la rampa que comunica ambas calles, a la entrada de la iglesia de San Bartolomé.


Se colocarán árboles junto a zonas dedicadas al descanso y se instalará asimismo un parque infantil. El documento contempla la reconstrucción del arco que actualmente está completamente derruido, "quedando en su lugar una estructura metálica que sirve de apeo para los muros que colindaban con el antiguo arco". Se plantea una construcción que mantenga la esencia del original, guíe al peatón y enmarque la vista de la iglesia. Mantendría la forma de la estructura pero modernizándola, "dejando patente el paso del tiempo y los cambios en las metodologías constructivas", indicó.

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