Las grandes firmas y las franquicias copan ya la mitad de los locales comerciales del centro de Zaragoza

Los negocios tradicionales en las calles de Don Jaime, Alfonso I e Independencia no llegan al 30%. Según las asociaciones, se debe a la subida de las rentas, la falta de relevo y la pujanza de la hostelería

Foto de archivo de la calle Alfonso
Foto de archivo de la calle Alfonso
A.A.C

Las grandes firmas y las franquicias copan casi la mitad de los locales comerciales de las principales vías del centro de Zaragoza: la calle Alfonso, Don Jaime y el paseoIndependencia. Solo con un paseo se puede apreciar la transformación, y los números no dejan dudas en una contabilización realizada por HERALDO: de los cerca de 200 negocios que hay en estas avenidas, casi 100 son marcas y franquicias, y apenas 50 negocios familiares se mantienen. Las consecuencias más visibles (la homogeneización de los espacios públicos, la estandarización de los consumidores y la pérdida de los negocios más especializados) no tienen secretos para los expertos del sector, las asociaciones de comerciantes.

 


«Lo que más se ha notado es el fin de la prórroga de Boyer en los alquileres. Muchos no han cerrado porque el negocio no funcione, sino porque no han podido afrontar la subida del alquiler, que ha podido pasar de 600 euros al mes a 3.000», explica Santiago Fuster, de la Asociación de Comerciantes del entorno de DonJaime. En estas calles, la renta, según informan los propios comerciantes, puede oscilar de 30 euros el metro cuadrado a más de 100, una cifra que se reduce a prácticamente la mitad en las calles adyacentes. Eso explica que muchos negocios que se mantienen tengan el local en propiedad, y que quienes alquilan los que se quedan libres sean «firmas o franquicias, con mayor margen de negocio», explican.


Marian Díez es la propietaria de la franquicia Granier en la calle Don Jaime, uno de los últimos negocios que abrió sus puertas, hace tres años. «Se dice que pagamos menos a los empleados, pero no es verdad», subraya, al tiempo que explica que todos los gastos dependen del franquiciado. «Somos una pequeña empresa que comercializa una marca, pero corremos con todos los gastos, y el alquiler está desorbitado», sostiene. «Apostamos por el Centro porque está más transitado, pero luego no hay tantos servicios», reconoce.


José Antonio Pueyo, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios (Ecos), constata que estas franquicias ofrecen servicios (hostelería, peluquería o estética) y productos cotidianos (pan) que «pueden competir con internet pues son insustituibles», y por tanto, resistir mejor a la competitividad.


María Pilar Martínez, presidenta de la Asociación de Comerciantes Sector Alfonso y propietaria de Dakhan, joyería que abrió sus puertas en 1909, señala otras causas: «El pequeño comercio siempre había sido familiar, y ahora falla el relevo. De los últimos negocios que han cerrado en la calle Alfonso, la mitad han sido jubilaciones». Donde antes había boutiques especializadas, en los últimos años se multiplican tiendas de accesorios o establecimientos de comida rápida. Además, la clientela de los comercios de antaño envejece. «Según qué tipo de comercios es complicado que tengan continuidad porque venden productos que los jóvenes no usan», apuntó Óscar Sanz, presidente de la Asociación de Comerciantes del entorno de Don Jaime.


El viraje hacia un modelo más turístico es otro de los motivos que señalan, así como la salida de los funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza y el traslado de los Juzgados. «Se ha notado mucho en el flujo de gente, y ahora tenemos un modelo de turismo que a lo mejor no busca productos exclusivos», expresó Marta Pérez, que regenta Nueva Joyería, 84 años después de que la abriera su abuelo. Varios lamentaron que si abren más restaurantes de comida rápida, estas calles puede perder su esencia y dejar de ser el rincón comercial de siempre.



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