El gobierno descarta colapsos en el paseo de la Ribera por los 900 nuevos pisos

Los informes técnicos aseguran que podrá absorber la circulación prevista, pero los vecinos temen que no sea así.

El proyecto contempla la construcción de 882 viviendas repartidas en 18 bloques.
El gobierno descarta colapsos en el paseo de la Ribera por los 900 nuevos pisos
Raquel Labodía

¿Podrá absorber el paseo de la Ribera el tráfico que generen cerca de 900 nuevas viviendas a partir de 2018? Los estudios técnicos sostienen que sí, pero los vecinos de Vadorrey, que ‘compartirán’ ribera con los del nuevo sector del barrio Jesús, temen que se convierta en "un auténtico cuello de botella", ya que, para muchos, "no habrá otra entrada o salida que este punto".


La concejal de Movilidad, Teresa Artigas, adelantó en comisión a pregunta del PSOE las primeras "cifras gruesas" del proyecto. El Consistorio estima una circulación de 1.100 vehículos al día y de 100 en hora punta. La edil resaltó que el paseo tiene capacidad para 250 por hora y que, por tanto, estaría preparado para acoger los desplazamientos. Los vecinos, no obstante, no están de acuerdo "para nada".


Creen que "el papel soporta todo" y que la vía podría convertirse "en un obstáculo bestial". Así lo ve Pablo Polo, secretario de la asociación de vecinos de Vadorrey. "Lo que era tráfico residual va a dejar de serlo", dijo. El descontento del colectivo es total. A su parecer, la movilidad no sería viable en los términos actuales.


La agrupación pudo opinar sobre la urbanización del proyecto y no detectó interferencias, salvo esta. Cree, en todo caso, que la solución es sencilla. Bastaría con "eliminar una de las líneas de aparcamiento", la que discurre pegada al carril bici, y hacer que el paseo de la Ribera quede con dos carriles de circulación, uno por sentido. "No habría que quitar ninguna farola y el coste sería mínimo. Lo tenemos muy medido y estudiado. Pasear sería bastante más agradable", resaltó.


Esta situación agrava el enfado de los vecinos, que dicen sentirse castigados por una semaforización que les obliga a parar a cada instante. Aunque llevan ocho años quejándose, sus críticas no han tenido efecto. Polo criticó las "incongruentes" políticas de ZEC, a quien acusa de "ver la ciudad con orejeras". "Jamás se nos ha tenido en cuenta. No se han reunido con nosotros pese a solicitarlo por escrito", añadió.

"Habrá que hacerlo bien"

Lola Ranera, concejal del PSOE, trasladó esta preocupación al resto de partidos en comisión. Aunque faltan años, los bloques se están empezando ya a construir, motivo por el que abogó por estudiar estos detalles a corto y medio plazo. "Va a ser importante hacerlo bien. Allí podrían llegar a vivir entre 2.500 y 3.000 personas. Habrá que contemplar todo tipo de movilidad", indicó. Pese a las críticas vecinales, Artigas se mostró abierta a reuniones. "Por parte del área, no hay ningún problema en hablar y resolver

inquietudes", comentó.


Hasta la fecha se han puesto en marcha dos bloques que suman 70 viviendas. La previsión es que el resto se vayan lanzando conforme se vayan vendiendo. Raúl Gascón, presidente de la asociación de vecinos del barrio Jesús, abogó por no anticiparse y tomar una decisión u otra una vez que entren a vivir las nuevas familias.


Su postura contrasta con la de Vadorrey, ya que considera que "no va a haber colapsos" y que, más allá de 2018, "todo tendría que seguir como está actualmente". "Quizá nos equivoquemos, pero no vemos mayores problemas", reconoció. La agrupación sí apoyaría una actualización de la regulación semafórica, reivindicación que comparte con Vadorrey. Aunque no ha sido llamada a ninguna reunión, sus integrantes estarían dispuestos a hablar sobre la movilidad del entorno, algo que ocurrirá a lo largo del año.


En todo caso, Gascón apuntó que "no todas estas viviendas tendrán salida de garaje al paseo de la Ribera", ya que algunas darán a la calle de Cosuenda.

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