Mil zaragozanos ponen macetas en sus ventanas para vigilar la calidad del aire

La Fundación Ibercivis y el Ayuntamiento de Zaragoza emprenden un proyecto de investigación participativa denominado 'Vigilantes del Cierzo'.

Papel higiénico. El cartón interior servirá para crear una maceta donde cultivar semillas.
Maceta.

La Fundación Ibercivis y el Ayuntamiento de Zaragoza, a través de Zaragoza Activa, emprenden este martes un proyecto de investigación participativa denominado 'Vigilantes del Cierzo', en el que mil personas medirán desde sus casas la calidad del aire en los distintos barrios de la ciudad mediante macetas.


Para ello, se van a regalar mil plantas a todos los interesados, que pueden pasar a las 18.00 horas por la sede de Zaragoza Activa, en La Azucarera (calle Mas de las Matas), hasta agotar existencias. Junto con la planta se entregarán las instrucciones a seguir, un sobre franqueado prepagado y un cuestionario a rellenar para tener información sobre cada muestra.


Una vez recogidos estos materiales, solamente es necesario colocar las fresas en el exterior de la vivienda durante unos dos o tres meses y cuidarlas durante este tiempo. Cuando los organizadores avisen, cada participante recortará unas hojas de la planta que serán enviadas por correo a Ibercivis para que se analicen en el laboratorio magnéticamente. Viendo la cantidad de metales que se han depositado durante el tiempo de exposición en cada hoja se puede saber la contaminación de cada punto, y al tener unas mil macetas repartidas por toda la ciudad se conseguirá un estudio agregado más sobre la calidad del aire de la ciudad.Concienciar

El control de la calidad del aire habitualmente se realiza por estaciones profesionales, y tecnológicamente avanzadas. Vigilantes del Cierzo busca, deliberadamente, trabajar de forma distinta para complementar los estudios existentes desde la innovación ciudadana.


Por un lado, el uso de macetas sirve para acercar el proceso investigador a quienes no están habituados o no tienen capacidad de trabajar con herramientas complejas. De hecho, en vez de enviar un email se envía una carta por correo postal. Por otro lado, el proyecto busca la reflexión de los participantes sobre la calidad del aire y nuestra forma de vida. En este caso, los ciudadanos no son simplemente receptores de información sino que son forma activa y necesaria para completar el trabajo de monitorización, que quizá sirva para influir en alguna decisión medioambiental de la ciudad. Incluso el hecho de que sea un proyecto con varios meses de trabajo para realizar un mapa que habitualmente se genera de forma inmediata hace incidir en esta reflexión.


Para destacar el papel educativo de la ciencia ciudadana que enseña desde y para la ciencia, se cuenta ya con una veintena de centros de educación repartidos por toda Zaragoza que repartirán macetas entre sus alumnos con lo que se espera tener un conjunto de muestras uniformemente distribuidas por todos los barrios de la ciudad.


De la mano de Vigilantes del Cierzo nace un nuevo grupo de trabajo residente en Zaragoza Activa sobre Ecología Urbana y coordinado por Ibercivis. Este grupo está abierto a quien quiera plantear o llevar a cabo nuevas actuaciones en la línea de Vigilantes del Cierzo para promover sinergias entre ciencia, sociedad, medioambiente e innovación, ha informado el Ayuntamiento de Zaragoza.

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