Urbanismo estudia permitir que haya oficinas y servicios en los polígonos industriales urbanos

El Ayuntamiento plantea otros usos en las zonas más cercanas a los pisos para revitalizar estos espacios. Analiza las posibles medidas para Cogullada.

El polígono de Cogullada, creado en los 60, se ha quedado enclavado en el casco urbano de Zaragoza.
Urbanismo estudia permitir que haya oficinas y servicios en los polígonos industriales urbanos
t. galán

El Ayuntamiento quiere darle una vuelta a los polígonos industriales que han quedado ‘atrapados’ dentro de la ciudad. Ante el deterioro que sufren y, en algunos casos, su baja ocupación, el Consistorio busca una revitalización en forma de segunda vida: se plantea permitir usos diferentes a los actuales para atraer otro tipo de empresas. Sin afectar a las actividades que están en funcionamiento, y sin introducir viviendas, el objetivo es atraer actividades productivas más innovadoras. Es decir, un tipo de empresas o servicios que vayan más allá de las formas tradicionales de producción industrial.


El foco se centra, principalmente, en el polígono Cogullada. Se creó en los años 60 y, como entonces estaba alejado de las zonas de viviendas y tenía cerca la estación de tren del Arrabal, se permitió la implantación de gran y mediana industria. De inicio se urbanizaron 552.042 metros cuadrados, aunque el polígono fue extendiendo sus dominios con una urbanización precaria y, como se hacía entonces, sin reservas para zonas verdes, equipamientos o espacios libres.


Medio siglo después, el polígono presenta una importante imagen de degradación. Las calzadas y aceras están muy deterioradas, las medianas se encuentran destrozadas y el arbolado y el mobiliario urbano brillan por su ausencia. El polígono aún registra una intensa actividad y tiene un grado de ocupación importante, pero también hay naves abandonadas e incluso medio derruidas, así como solares desocupados.


En el área de Urbanismo hace meses que se abrió el debate sobre qué hacer con Cogullada. Una de las opciones que está encima de la mesa es permitir otro tipo de usos en determinadas zonas. En el caso de Cogullada, que ocupa una basta extensión de terreno en la Margen Izquierda, se podrían aplicar, por ejemplo, en los bordes del polígono, en las calles más cercanas a las viviendas. Estas nuevas actividades también podrían concentrarse en un punto del polígono, creando una nueva centralidad con una urbanización diferente y la instalación de servicios colectivos.


En Cogullada ya hay dos ejemplos de cambio de usos. Por un lado, el Mercadona que se instaló en la avenida de Cataluña. Y más recientemente, se cambió el Plan General de Ordenación Urbana para que se pudiera instalar en una nave la iglesia evangélica de Betel. En ambos casos, se trata de zonas perimetrales del polígono, más integrada en la trama urbana de la ciudad.


El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, apunta que el objetivo del trabajo que se ha iniciado es "tener un plan a largo plazo" con Cogullada, "sin meter presión urbanística" y respetando las empresas que actualmente trabajan allí. "Debe ser una reconversión lenta a otro tipo de actividades económicas con el casco urbano de la ciudad", señala.


Para concretar qué tipo de usos se pueden dar y a qué tipo de empresas, el Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con la Cámara de Comercio para detectar cuáles pueden ser las necesidades. Incluso se plantea dar "incentivos" a los propietarios para acometer estos procesos, por ejemplo, permitiendo ser "más flexibles con las alturas máximas" en los casos de las parcelas donde no se haya agotado la edificabilidad permitida.


En cualquier caso, el Consistorio cuenta con el problema de que cualquier cambio tiene que pasar por una reurbanización del polígono, lo que tendría un coste millonario que aún no se ha calculado. "Las obras tendrían que ir de fachada a fachada", asume Muñoz, quien ve en los fondos europeos una posible vía de financiación. El PP, que ha preguntado por este asunto en varias comisiones de Urbanismo, quiere que se permitan otros usos "para dinamizar unas zonas que están extremadamente degradadas", en palabras de su concejal Pedro Navarro. "Hay usos terciarios que se pueden desarrollar en los polígonos industriales", señaló el edil popular, quien se mostró dispuesto a llegar a acuerdos.


Por su parte, Ignacio Almudévar, presidente de la Federación de Polígonos Empresariales de Aragón, cree que "es bueno que se haga una reflexión" sobre el futuro de estas zonas, aunque pide "que no se haga de forma unilateral". "No vale cualquier uso, y tenemos tristes experiencias de locales que no se tenían que haber instalado", añade.

Más del 40% de la superficie está disponible

El polígono de Cogullada es la mayor superficie industrial dentro del casco urbano, pero la superficie de este tipo de centros empresariales se extiende por otros muchos puntos del término municipal de Zaragoza. La capital aragonesa cuenta con 41 polígonos industriales, que también forman parte de la burbuja que vivió el sector en Aragón. Especialmente en los años previos a la crisis, cada ayuntamiento quería contar con su polígono industrial, lo que provocó que se pusiera a disposición de las empresas una cantidad de metros cuadrados disponibles muy superiores a la demanda existente.


Según un reciente informe de la consultora CBRE, en Zaragoza hay 129.428 metros cuadrados construidos, de los cuales a finales del año pasado estaban disponibles el 42,07%. En el caso de algunos de los polígonos de nuevo cuño, como Empresarium, Miraflores, Plaza o el PTR, ese porcentaje se eleva, y tienen buena parte de sus espacios disponibles a la espera de un inquilino.


Además, en muchos casos se añade un problema de mantenimiento, debido a que las administraciones apenas invierten en mejoras, según denuncian los empresarios. Los accesos en muchas ocasiones no son los más adecuados, y el transporte colectivo para algunos de estos centros es inexistente o ineficaz, lo que obliga a los trabajadores a acudir con su vehículo privado.


Para colmo, los robos han aumentado considerablemente, y hay muchos casos de señales con los mapas para ubicar a cada empresa dentro del polígono que se han quedado obsoletas.


Si se amplía el foco a todo el área metropolitana de Zaragoza, y no solo al término municipal de la capital, el número de polígonos industriales se eleva por encima del centenar. Se distribuyen en torno a seis principales ejes, los de las carreteras de Huesca, Barcelona, Castellón, Valencia, Madrid y Logroño. Según los estudios, un 30% se dedican al sector del comercio y la distribución, por un 20% para empresas del sector del metal y un 10% de transporte y telecomunicaciones. En torno al 80% tienen menos de 50 trabajadores.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión