Condenado a 17 años el patinador acusado de matar a un indigente en Zaragoza

Tendrá que pagar un total de 80.000 euros a la madre y cuatro hermanos de la víctima.

El acusado, Jorge Callejas, durante el juicio.
J. Callejas.
Marco

El presidente del tribunal que juzgó en Zaragoza al patinador Jorge C.H. por el crimen de un indigente de nacionalidad argelina en Zaragoza le ha condenado a 17 años de prisión por un delito de asesinato y al pago de un total de 80.000 euros a la madre y cuatro hermanos de la víctima.


En su veredicto, el jurado popular que enjuició el caso, por siete votos a favor y dos en contra consideró responsable al acusado de la muerte del inmigrante a primeras horas de la madrugada del pasado 5 de enero en la avenida de Cataluña de la capital aragonesa.


A tenor del veredicto del jurado, el magistrado del tribunal de la Audiencia Provincial de Zaragoza considera probado que el acusado, que portaba una mochila con sus patines, se juntó unas horas antes con la víctima en un bar del barrio de Santa Isabel de Zaragoza, donde permanecieron charlando de forma "amistosa" hasta que el dueño del establecimiento les dijo que iba a cerrar.


El acusado, de 35 años de edad, acompañó al inmigrante argelino, que portaba un carro de supermercado con chatarra, hasta la avenida de la Cataluña, donde éste profirió gritos contra "gitanos y negros", hecho aprobado por unanimidad por el jurado, y posteriormente abandonó el lugar, según la sentencia, hecha pública hoy.


El jurado, por mayoría, considera que el acusado, montado sobre sus patines, regresó sobre sus pasos y propinó, sin ningún motivo determinado y por sorpresa, diversos puñetazos y golpes a la víctima a lo largo de cuatro minutos que le provocaron la muerte.


Esta versión fue cuestionada por el abogado de la víctima, que responsabilizó a los agentes policiales encargados del caso de haber llevado a cabo una "chapuza" de investigación para incriminar finalmente a su cliente.


El magistrado de la Audiencia de Zaragoza que presidió el juicio valora, como pruebas incriminatorias, la mancha de sangre del fallecido en el pantalón del acusado y las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad instaladas en la zona.


Estas pruebas, añade, llevaron al jurado a establecer una "conexión lógica" entre la localización del cadáver del inmigrante argelino bajo una furgoneta y la autoría de los hechos.


Considera, además, que el acusado actuó de forma alevosa ya que a la víctima "nada le podía hacer prever un ataque contra su vida, ni cabía que se representara la acción repentina y sorpresiva del acusado de golpear muy intensamente en distintas zonas de la cara, así como de golpearle la cabeza contra una superficie muy dura".


Respecto a la cuantificación de la indemnización a imponer, el tribunal argumenta que al acusado "presumiblemente le quedaba mucha vida por delante" y que su muerte le causó un gran "dolor moral" a la madre y cuatro hermanos del fallecido.


La sentencia condena al acusado a 17 años de prisión por el asesinato del inmigrante argelino, así como al pago de 40.000 euros a la madre y 10.000 a cada uno de sus cuatro hermanos en concepto de daño moral.


Además, le condena a pagar 1.260 euros al hospital Lozano Blesa de la capital aragonesa por los gastos originados en la atención a la víctima.

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