Una explosión de gas en Tenor Fleta causa un herido grave y deja inhabitables seis pisos

Sesenta familias fueron desalojadas tras producirse la deflagración, cuyo origen investiga la Policía. La mayoría de los residentes del edificio pudieron volver tras descartarse daños estructurales.

Una vecina del patio interior observa desde su balcón el efecto de la explosión.
Una vecina del patio interior observa desde su balcón el efecto de la explosión.
Guillermo Mestre

Una fuerte explosión producida probablemente por una fuga acumulada de gas sacudió este sábado hasta casi los cimientos de un edificio de diez plantas situado en el número 38 de Tenor Fleta y causó heridas de gravedad al residente en el piso siniestrado. La deflagración, ocurrida poco antes de las 10.30, se sintió en muchas casas cercanas, tanto de la propia manzana como en otras del parque de Miraflores, situado frente al inmueble afectado. Su potencia fue tal que derribó los tabiques de la vivienda donde se produjo la fuga de gas –la situada en la letra F del noveno piso–, y de las contiguas de las letras D y E. Además, las puertas de los rellanos de una decena de pisos inferiores también salieron despedidas como si fueran de papel.

 
Semejantes daños hicieron temer lo peor a los Bomberos de Zaragoza que llegaron al lugar cuando apenas había transcurrido un minuto de la primera llamada, ya que una dotación se encontraba haciendo un servicio en la cercana calle de María Moliner. Sin embargo, cuando alcanzaron el piso noveno F se encontraron con que su inquilino, Carlos Román Sandio, de 50 años, tenía heridas en la cabeza y otras partes del cuerpo pero estaba consciente y bajó las escaleras por su propio pie. Su vecina, Teresa Espinosa, de 78, también había resultado lesionada en un brazo aunque el pronóstico finalmente fue de carácter leve. Ambos fueron trasladados al Hospital Miguel Servet donde quedaron ingresados, el hombre con un 40% de su cuerpo afectado por quemaduras y la mujer en observación.


El hombre herido sigue ingresado este domingo en la UCI del Servet. 


Como consecuencia de la explosión se produjo un incendio en el décimo piso, que fue sofocado en pocos minutos y en el que nadie resultó herido. Mientras tanto, prácticamente todos los residentes de las 60 viviendas que tiene el edificio desalojaron el mismo bien por iniciativa propia o porque los bomberos que fueron casa por casa recomendaron su evacuación. Tan solo a cinco vecinos que tienen movilidad reducida y sus viviendas no se vieron afectadas por la deflagración se les indicó que permanecieran en ellas una vez inspeccionadas y acompañadas por otra persona para cuidarlas.

Crisis de ansiedad


En la calle, varias personas tuvieron que ser atendidas por los estados de ansiedad que presentaban debido tanto al miedo que habían pasado como al disgusto de ver cómo han quedado sus casas. De hecho, por decisión de la Policía Nacional que investiga la explosión y de los técnicos municipales encargados de evaluar la estructura del edificio se prohibió a los vecinos de seis pisos regresar a ellos: los de las letras D, E y F de las plantas 9 y 10.


Esta medida se prolongará hasta que se certifique que son habitables, algo que podría ocurrir la semana que viene. En cuanto al resto del inmueble, fuentes de Bomberos señalaron que no ha sufrido daños estructurales, aunque sí en los cerramientos que dan al patio de luces y al de manzana y en los medianiles con otras casas, además de en puertas y ventanas.


El portavoz del Gobierno de Zaragoza, Fernando Rivarés, se acercó al lugar para interesarse por la situación y explicó que el Ayuntamiento activó el protocolo de Derechos Sociales para realojar a personas que lo requirieran, como una anciana de 90 años que vive sola y sin familia que fue llevada a la Casa Amparo.

Escombros en el patio de luces


Íñigo Nieto, un joven vecino del piso 5º D, se despertó con la impresionante explosión. "La tapa de la luz de mi casa no estaba, salió disparada. Me asomé al patio de manzana y vi que el suelo estaba lleno de escombros y pensé que había ocurrido algo en el piso de abajo, pero luego me di cuenta de que había sido arriba", contaba ayer. Añadía que decidió marcharse de casa y que cuando bajaba por las escaleras se encontró con los bomberos. "Muchas puertas estaban tiradas en los rellanos y ellos iban mirando casa por casa. Les dije que era en el piso noveno y al subir, nos encontramos con el vecino. Tenía el pelo y parte del cuerpo quemado, pero estaba consciente", explicó Íñigo Nieto. El herido, Carlos Román, separado y con una hija, vive solo en la vivienda siniestrada y su vecina Teresa solía estar pendiente de él.

Testimonios

Otros testimonios del suceso son los de Marian Ionot, vecino, del 9º A,  quien explicó que la onda expansiva tiró a su mujer, que está embarazada.


La explosión de gas destrozó sobre todo los pisos situados en la novena planta, donde se registró la deflagración. A Marian Ionot, vecino del 9º A, le sorprendió cuando se disponía a abrir la puerta de su rellano para salir de casa. "Rápidamente me he vuelto para ver cómo estaba mi esposa y vi que estaba en el suelo porque la había tirado la onda expansiva", relataba ayer en la calle, momentos después del siniestro.


Afortunadamente, su mujer solo sufrió una contusión en un pie pero como está embarazada de tres meses y medio, decidió ir al hospital para confirmar que no tenía ninguna complicación. "Estoy esperando que me llame pero creo que estará bien", añadía MarianIonot, que no quería abandonar el lugar ante la posibilidad de que la Policía le dejase subir a casa para recoger los efectos personales, pues su piso quedó precintado por daños.


Ana Fernández, vecina del 7º F, también tuvo que dormir anoche en casa de una amiga ante la prohibición de hacerlo en su casa. Aunque sus tabiques quedaron en pie, contó que los cristales de su habitación le cayeron encima y las puertas han quedado abombadas.


Santiago Fernández, vecino del 8º F: "Estaba fregando los platos y me han saltado hasta los dientes"


"He visto un gran fogonazo y luego ha habido una enorme explosión. Yo estaba en la cocina fregando los cacharros y me han saltado hasta los dientes", decía Santiago Fernández, vecino del 8º F, el piso inferior del que se produjo el siniestro.


"Las puertas, las ventanas, ropas, todos los chismes salieron volando. Salí al rellano y ni la escalera veía porque estaba llena de humo. Ha sido tremendo", contaba. Santiago Fernández, de 78 años, añadió que lo primero que pensó es que era una bomba porque no olía a gas, al menos que él notara, cuando se produjo la deflagración.


Jonathan Babiano, residente en el 9º D, relató que estaba en la cama y salió "medio volando". Se levantó para ver cómo estaban su mujer y su hijo de 12 años y los encontró ilesos, aunque muy asustados. "Yo me quedé blanco. Estaba el marco de la puerta pero no había nada más. El tabique del rellano había desaparecido", contó.


Ni su vecino Santiago Fernández ni él pudieron regresar ayer a sus casas y pasará un tiempo hasta que los técnicos y la Policía les autoricen a regresar y reparar sus viviendas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión