'Lifting' a la torre mudéjar de Utebo

El Arzobispado de Zaragoza acomete una intervención menor en esta emblemática construcción, sustituyendo y reponiendo los azulejos que podían desprenderse.

Miguel Ángel Sangüesa, restaurador, durante el proceso de reposición de las baldosas.
'Lifting' a la torre mudéjar de Utebo
Raquel Labodía

La torre mudéjar, uno de los principales símbolos de Utebo, está siendo sometida a un lavado de cara para consolidar y sustituir parte de las características baldosas que decoran toda su superficie y que, con el paso del tiempo, las inclemencias meteorológicas y las humedades del templo, se habían ido desprendiendo.


Un artesanal ‘lifting’ está consiguiendo que, poco a poco, los azulejos originales que corrían más peligro queden de nuevo fijados en la pared, aunque otras piezas están siendo sustituidas por copias casi idénticas elaboradas por el ceramista zaragozano Fernando Malo, que ya intervino en la restauración que se ejecutó hace poco más de 15 años.


Los primeros en advertir el deterioro que sufrían algunos mosaicos del revestimiento exterior de la torre de la iglesia de la Asunción de Utebo, conocida como de los Espejos, fueron los voluntarios de la asociación cultural Grupo de Historia San Ginés y Santa María La Mayor que, entre otras funciones, se encargan de las visitas guiadas al monumento. Jaime Latas y Fernando Feringán explicaron ayer que en abril de 2015 detectaron baldosas sueltas y pérdidas en la capa vidriada de algunas cerámicas. El párroco, Miguel Ángel Segura, se puso en contacto con el Arzobispado de Zaragoza. Los desperfectos observados en la construcción se trasladaron también a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, que tuvo que dar el visto bueno a las obras, dado que el conjunto está declarado bien de interés cultural. Es, además, Monumento Nacional desde 1931. La edificación está representada en el Pueblo Español de Barcelona, que se construyó  en 1929 con motivo de la Exposición Internacional.


Ignacio Uriol, arquitecto técnico y responsable de servicios técnicos de la Diócesis de Zaragoza, señaló que, tras conseguir la autorización y el permiso municipal de obras, se iniciaron los trabajos, que podrían finalizar la próxima semana. La inversión prevista (alrededor de 18.000 euros) la asume el Arzobispado. Tal y como indicó, se está actuando, sobre todo, en el paño inferior de la torre, "la parte que estaba más afectada". Hoy está previsto reponer, con ayuda de una grúa, los azulejos que faltan en la zona superior, a casi 20 metros de altura. "De paso, se revisarán los últimos cuerpos de la estructura", adelantó Uriol.


El proceso que se está realizando consiste en sanear el soporte y aplicar un mortero especial.  Miguel Ángel Sangüesa, que trabaja para la empresa de restauración que acomete las obras, puso ayer de manifiesto que se actúa "solo en los elementos que tenían peligro de desprendimiento". "Intentamos aprovechar al máximo los originales, una vez desmontados y limpios", incluso montando auténticos puzles con las piezas. Para ello, los elementos que se retiran se numeran y se almacenan en la bóveda de la torre hasta que se vuelven a colocar, junto a otros nuevos mosaicos.

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