Más de 90.000 segundas oportunidades literarias en un año

La primera librería de Zaragoza dedicada solo a la compraventa de libros actuales de segunda mano y a bajo coste rota unas 7.000 obras al mes.

Librería Re-Read en Zaragoza
Librería Re-Read en Zaragoza
P. S.

A las páginas de Cortázar, Galeano, Ruiz Zafón o Murakami no les da tiempo a acomodarse en las estanterías de la librería Re-Read de Zaragoza. Normalmente, no suelen pasar de las repisas de ‘recién llegados’, donde se colocan los últimos libros adquiridos antes de ser clasificados por género y autor, pues los lectores se los llevan directamente desde allí. Las obras de tales autores son algunas de las más demandadas en esta particular librería que acaba de cumplir un año de vida.


Es la primera de la ciudad dedicada solo a la compraventa de libros actuales de segunda mano y a bajo coste. A un precio de 20 céntimos cada obra, las adquieren a particulares de dos formas: o en el propio establecimiento, donde acuden sus abastecedores, o en los domicilios de estos cuando quieren vender más de cien libros. Eso sí, esta mercancía literaria tiene que cumplir unos requisitos indispensables. Además de estar en buen estado, sin escribir ni amarillear, los libros deben haber sido editados a partir de 1990. La única excepción la hacen con unos cuantos autores clásicos que siguen muy vigentes: Lorca, Juan Manuel, Shakespeare… “No compramos libro antiguo, pues buscamos literatura de los últimos 25 años que se siga leyendo actualmente. Nos interesa la rotación”, cuenta Jesús Barbadillo, gerente de esta franquicia en Zaragoza.


El precio de venta de los libros depende de la cantidad, pero siempre cumple con la filosofía del ‘low cost’ que define a la cadena de librerías: uno cuesta 3 euros, dos, 5 euros y, a partir de cinco libros, hay que aportar 2 euros por cada uno de ellos. “Pagamos un precio simbólico por los libros y los vendemos por entre 2 y 3 euros dependiendo de la cantidad. Necesitamos vender mucho para que sea rentable”, explican desde el establecimiento. Así, su objetivo es que los libros roten “y sigan rotando para que todo el mundo pueda tener acceso a ellos”. Se trata de darles una segunda oportunidad, y ya han dado, literariamente hablando, más de 90.000 en un año. Es la cifra de compras y ventas que han registrado desde que comenzaron su andadura en la ciudad. Cada mes realizan de media una compra de 4.000 libros, mientras que suelen dar salida a más de 3.000.


Ahora atesoran cerca de 8.000 libros en su local del paseo Fernando el Católico. “Prácticamente el 95% de las estanterías están llenas. Al final, cuanto más compras, más vendes”, indica satisfecho Barbadillo. Sin embargo, los inicios de la librería fueron duros ya que arrancar con las adquisiciones, al depender de particulares, les costó tiempo y esfuerzo. A partir de abril, un incremento tanto en clientes como en las cifras de libros rotados comenzó a reflejar la acogida de la actividad en la ciudad. “A pesar del riesgo, sabíamos que el concepto de negocio en Zaragoza tenía que emerger al igual que lo hacía en otros lugares como Barcelona. Al final, a muchísima gente le gusta el papel, tocarlo, poner su marca páginas… El libro nunca morirá, las personas siguen leyendo y, si les das la opción de hacerlo a precios razonables, funciona”, relata el responsable de la librería.Compartir y democratizar

Como en otros sectores, el fenómeno del ‘low cost’ también ha alcanzado al libro. “En estos momentos, una persona muy lectora quizá no se pueda permitir comprar varios libros al mes si cada uno cuesta 20 euros. Esa cantidad de dinero puede ser una barrera para muchos. Nosotros queremos que se lea también en estos tiempos de crisis, animando a ello y democratizando un poco más el concepto de la lectura”, defiende Jesús.


Aunque en sus estanterías es muy complicado encontrar el último título de un autor publicado en 2016, combaten este hándicap ofreciendo numerosas obras diferentes a un menor coste: “Es imaginar, darle una vuelta a las circunstancias: si el libro comprado no me gusta, no pasa nada, he pagado dos euros por él. No hay rival que tengamos con ese precio exceptuando a las bibliotecas”, indican, al tiempo que apuntan que no creen que su actividad suponga una gran competencia para los establecimientos de libro nuevo o los de segunda mano dedicados a libro antiguo o raro: “Al cabo de los años, algunos de los que ahora se compran nuevos nos llegarán a nosotros”.


Quienes llevan sus libros a Re-Read para que sean revendidos pueden hacerlo por varias razones: si una obra ya devorada está almacenada en sus casas con pocas opciones de ser releída, si un título no ha gustado o si sencillamente quieren compartirlo con otras personas. Este último es uno de los motivos que tiene la culpa de gran parte de las rotaciones de los libros que se producen en este lugar. “Los clientes no vienen tanto buscando el dinero que les damos por los libros, sino el hecho de que estos vuelvan a ser leídos por otras personas, que tengan una nueva oportunidad”, relata el gerente.


Y entre quienes compran, en la librería cuentan que todavía hay unos cuantos asiduos que se sorprenden al comprobar que un cuento infantil cuesta lo mismo que una novela histórica de mil páginas. El perfil del lector que acude es bien variado, aunque por la proximidad de la librería a uno de los campus universitarios, no es extraño ver a estudiantes entrando y saliendo de ella todos los días. “No son pocos los que semanalmente, a diario o cada dos o tres días, pasan a mirar. Creo que hay personas a las que les gusta más el libro de segunda mano que el nuevo, que prefieren que los productos literarios circulen y ya hayan sido leídos”, asevera Barbadillo.Correr, estirar... y bucear entre libros

Desde que descubrieron la librería durante su inauguración el año pasado, Diana Garralaga y su pareja no han dejado de visitarla periódicamente. A su rutina de entrenar en el parque José Antonio Labordeta han añadido una nueva actividad: corren, estiran y, después, bucean un tiempo entre libros. “Prácticamente todas las semanas, cuando terminamos de hacer deporte nos pasamos por allí.  Somos socios y casi siempre compramos porque hay novedades continuamente”, cuenta Diana. Se llevan desde títulos de Psicología, Historia o curiosidades, hasta obras de Stephen King, cómics manga o biografías de escritores.


“Para las personas que leemos tantísimo es una ventaja. Claro que hay que valorar el trabajo del escritor y todos los procesos de edición y promoción de los libros, pero muchas veces son un gasto que no se puede asumir de forma tan continua”, valora esta amante zaragozana de la lectura. Para ella, un proyecto de esta naturaleza era necesario en la ciudad: “La segunda mano había llegado en materia de ropa, por ejemplo, pero en este ámbito no existía nada. La facilidad económica para comprar un libro también fomenta que los jóvenes lean, y todo lo que promocione la cultura y la lectura tiene que ser bienvenido”, concluye.

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