El 96% de los detallistas del Mercado Central decide prorrogar sus licencias

El plazo de concesión acaba con solo seis bajas por jubilación. Apuestan por instalar una carpa en la calle Murallas Romanas para seguir trabajando durante las obras.

Productos de proximidad en el pasillo central del mercado, en una imagen de ayer.
Productos de proximidad en el pasillo central del mercado, en una imagen de ayer.
Toni Galán

La gran mayoría de los detallistas del Mercado Central han apostado por continuar con sus puestos abiertos, a pesar del periodo de obras y cambios que se avecina. La semana pasada terminaron las concesiones de estos espacios que otorga el Ayuntamiento, y sus ocupantes tenían la posibilidad de prorrogar su estancia al menos hasta que terminen las obras se rehabilitación integral que próximamente se iniciarán en el edificio. Según los datos de la asociación de detallistas, solo seis de los 155 puestos han renunciado a alargar la duración de su licencia, en todos los casos por jubilación.


Así, los puestos que hasta ahora ocupan los pasillos del histórico edificio van a mantener su actividad cuando se acerca el momento de su rehabilitación. Desde hace varios meses, las empresas Baika e Ingennus están trabajando en el plan director del Mercado Central, que va a ser el documento en el que se va a basar su reforma.


Además de los detalles de su reforma interior y de la urbanización del entorno, el proyecto también tiene que aclarar cómo se va a dar servicio a los clientes durante las obras. Los detallistas tienen clara cuál es su preferencia: apuestan por colocar una carpa en el exterior del Mercado, concretamente en la calle Murallas Romanas. Una de las posibilidades que plantea el proyecto es derribar los porches decorativos de esa calle. Si se acometen estos trabajos en primer lugar, el espacio quedaría diáfano y podría instalarse la carpa, algo que el Ayuntamiento considera viable, según fuentes de Urbanismo.


Para los detallistas es fundamental mantener su ubicación cerca de las actuales instalaciones de César Augusto. Primero porque es el lugar donde los clientes tienen establecido el hábito de compra, y después porque para su actividad es clave la planta semisótano, donde guardan las mercancías. Descartan, por tanto, otras de las opciones que se habían barajado, como la de instalarse en la explanada de la Estación del Norte –por la lejanía a su zona natural–, o la de distribuirse en diversos locales vacíos del entorno. Según defienden la concentración de puestos actual es lo que garantiza la atracción de clientes, debido a que mejora la competitividad en calidad y precios.

Unos 30 puestos vacíos

Actualmente hay 30 puestos cerrados en el Mercado Central, fundamentalmente debido a que sus propietarios se han hecho mayores y no han encontrado relevo en casa. No obstante, la asociación de detallistas quiere mantener la actividad en todos los espacios de este edificio, y ha decidido habilitar buena parte de ellos para que tengan un uso diferente. Junto a la entrada más cercana a la estatua de César Augusto se han preparado ocho puestos para que los ocupen asociaciones, colectivos o instituciones que quieran promocionar "productos de denominación de origen, lugares con atractivos turísticos o, simplemente, que quieran organizar actividades", según explica Carlos Gran, presidente de la asociación. Además, en el centro del mercado se reservará un espacio para zona de lactancia y otro más para exposiciones de fotografía o presentaciones de libros.


Los concejales Pablo Muñoz y Teresa Artigas revisaron recientemente la lonja y reiteraron su apuesta por "relanzar el Mercado Central" para que se reivindidque como"un espacio de vida en la ciudad".

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