Es "estrecho" y discurre "demasiado cerca del tráfico". El carril bici del paseo de la Constitución apenas atrae ciclistas. Además, este periódico ha podido comprobar que en un día laborable de 13.00 a 14.00 apenas registra 15 usos por sentido. Algunos, al ser más ancho, prefieren seguir yendo "por el bulevar" a circular por él por considerarlo angosto y "arriesgado". Esto, no obstante, está prohibido desde hace una semana, ya que el Ayuntamiento, en un gesto "pequeño pero simbólico" enmarcado en la Semana de la Movilidad, retiró las señales para fomentar la movilidad peatonal.

Estas críticas se unen a las de los vecinos del entorno, que acudieron a los tribunales y exigieron la eliminación de este vial y la reapertura de los seis carriles al detectar presuntas irregularidades en las obras. Advirtieron, asimismo, del "colapso" del tráfico que generaría la nueva distribución de carriles en la zona. Esta semana, el propio Consistorio ha revelado que unos 2.100 conductores han tenido que cambiar su manera de llegar al centro. Antes de la remodelación, 14.255 vehículos circulaban diariamente en sentido entrada y 12.930 utilizaban el de salida.

Ante las quejas, y a cambio de retirar el contencioso, el Ayuntamiento ha propuesto modificaciones. Ofrece a los propietarios poder circular por el carril bus para entrar a los garajes y recuperar el giro a la izquierda en la calle de Arquitecto Yarza, pero las comunidades todavía no se han pronunciado. A falta de celebrarse un par de asambleas vecinales, el proceso sigue adelante. Será el día 6 cuando se sepa qué deciden.

A priori, podría haber acuerdo.

Un número de usos no muy alto

Arturo Sancho, miembro de Pedalea, admite que el número de usos "no es muy alto", aunque se ven "más bicicletas" que antes. Cree que la actuación en el paseo de la Constitución es "positiva", ya que ayuda a Zaragoza a caminar hacia un modelo "más transitable" y "menos copado por el coche". "Yo, por ejemplo, no pasaba nunca por allí y ahora voy de vez en cuando", afirmó. El problema es que quienes se desplazan en bici "tienen interiorizados sus recorridos" y "tardarán un tiempo en acostumbrarse". "Es una infraestructura nueva, se inauguró en agosto", recordó.

Considera que este carril es ahora "un pegote" y que se hará "más atractivo" en la medida en que se convierta "en un eje" y deje de ser un "tramo" aislado. Lamenta que esta vía siga siendo una de las más transitadas por vehículos privados. "No tiene mucho sentido, para eso están los cinturones", añadió. El colectivo celebra que se quiera devolver este espacio a peatones y ciclistas, aunque "no tendrá sentido" a no ser que tenga "continuidad" hacia el paseo de Pamplona y María Agustín, así como "hacia Cesáreo Alierta y Asalto". "No vale hacer este pegote y basta", manifestó.

Pros y contras del trazado

El análisis técnico de Pedalea da una de cal y otra de arena al carril bici del paseo de la Constitución. Aunque supone "un pasito más respecto a otros" viales, sigue resultando "muy estrecho". "Hay puntos mal diseñados. El cruce de San Ignacio de Loyola prioriza los desplazamientos en bicicleta, pero justo enfrente, en la calle de Mefisto, ocurre justo lo contrario", subrayó. La zona que discurre "yendo hacia el hotel Boston, junto al colegio de los Corazonistas" es otro ejemplo "de lo que no hay que hacer".

Para Pedalea, el número de usos que registra este carril justifica una de una de sus reivindicaciones históricas. La agrupación quiere que "al menos una vez al año" se realice un estudio para medir este y otros aspectos. Permitiría "trabajar" en el modelo de movilidad, "plantear objetivos", comparar ejercicios y analizar la evolución del proyecto.

David Arribas, de la tienda Recicleta, asegura que, por lo general, la gente opina que este carril era "bastante necesario". Sobre todo porque el paseo de la Constitución es una vía de mucho tráfico y de velocidades "excesivas". A su parecer, los ciclistas han ganado"en comodidad". "Las condiciones son obviamente mucho mejores. Técnicamente se habrá resuelto mejor o peor, pero es un tramo que presenta sus complicaciones", resaltó.

Pese a que entiende las críticas, recuerda que circular por un carril bici "no es ir por una alfombra" y que "hay que circular con cuidado". El hecho de que parte de los usuarios sigan yendo por el bulevar es, en su opinión, una cuestión de costumbres, una tendencia que "terminará desapareciendo". "Se usa poco y todavía no está en los itinerarios mentales de la gente", subrayó ayer. Confía en que estos contratiempos se resuelvan "de la misma manera que ocurrió con el tráfico" y los colapsos que se generaron durante los primeros días.