La devoción de una antigua familia se convierte en patrimonio artístico y cultural en Calatayud

Los miembros de la familia Marco fueron los vidrieros bilbilitanos con los que se creó el Rosario de Cristal.

El Rosario de Cristal atrajo a muchos vecinos, ayer en Calatayud.
El Rosario de Cristal atrajo a muchos vecinos, ayer en Calatayud.
Macipe

Cristales de distintos colores hicieron brillar ayer el atardecer de Calatayud, como cada ocho de septiembre desde 1877. Documentos de esa época narran la salida de faroles en el Rosario de Cristal y que en su origen era una oración religiosa, que se fue transformando, llegando a ser además, patrimonio artístico y cultural.


Los bilbilitanos celebraron ayer el día de su patrona, que en su bella carroza y acompañada de cofradías, hermandades, vecinos y autoridades, recorrió el centro de la ciudad. Aquí, la antigua tradición religiosa de muchas ciudades, en las que se reza el rosario general en procesiones, se enriqueció con la incorporación de unos faroles.


Carlos de la Fuente, un bilbilitano que investiga y recopila la historia y tradiciones de Calatayud cuenta que "fue la familia Marco, la que impulsó esta innovación". Esas piezas, de colores, representaban los distintos misterios, padrenuestros, avemarías, glorias o letanías. "La familia Marco aprendió el oficio de vidriero y de hojalatero. Todo el dinero que conseguía de dádivas y limosnas, se iba a aportar a estas piezas, porque ellos no cobraron por hacerlo", destaca De la Fuente.


Zaragoza, Ateca y otras localidades reprodujeron esta aportación, incluso algunos emigrantes trataron de exportarla a La Habana. Los faroles más antiguos que salen Calatayud son de la iglesia de Santiago. En 1888 se sacaban 65, pero aumentaron hasta los 200.


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