Galletas, piruletas, cupcakes... No hay nada que se le resista a Alicia Sánchez, una joven taustana de 24 años que decidió montar hace año y medio su propio negocio de repostería. Poco a poco se ha dado a conocer en el mundo de las tartas y pasteles, hasta conseguir colarse en el estadio de La Romareda, ya que durante los partidos venderán sus 'pirugalletas' personalizadas con el Real Zaragoza.

Al igual que las palomitas y las pipas, las piruletas de Dulces Locuras -nombre del negocio- se repartirán por las gradas del estadio de fútbol. “Un día fui a la tienda del Real Zaragoza y les presenté mis productos. Les gustaron y llegamos a un acuerdo. Así que a partir de ahora durante los partidos venderán galletas de mantequilla”, explica Alicia.

Estos dulces fueron elegidos por su caducidad: “Se tratan de productos no perecederos que pueden durar hasta tres meses, un cupcake no dura más de tres días”. Aunque ha conseguido introducir en el mundo del deporte estas galletas, esta joven, profesora de de educación física, cocina tartas personalizadas por encargo, pasteles y lo que le pidan.

“Todo empezó como un hobby con mi madre ya que nos gusta la repostería”, asegura. Sin embargo, la situación laboral empujó a esta joven a formalizar el negocio. “Al principio lo hacía para sacarme un dinero extra mientras estudiaba la carrera. Desde hace un año y medio abrí el negocio y la verdad que no nos ha ido nada mal”, asevera.

Como en todos los inicios, sus principales compradores eran sus vecinos de Tauste pero poco a poco Dulces Locuras se ha hecho hueco a lo largo de la geografía aragonesa. “Ahora mismo el 50% de nuestros encargos son del pueblo y el otro 50% de los alrededores, incluso de Zaragoza”, afirma emocionada.

Además de este nuevo proyecto con el Real Zaragoza, Alicia está negociando con el párroco de la Basílica del Pilar para vender sus galletas y pasteles con imágenes de la virgen. “No hay nada cerrado todavía pero en principio las venderemos durante las Fiestas del Pilar. Va a ser la prueba de fuego para luego venderlas en el Pilar”, ríe esta joven repostera.

Actualmente, Alicia compagina las oposiciones de magisterio con su pequeño negocio. Dispone de un obrador en el que cocina todos los productos, de esta manera “yo me pongo mis propios horarios, eso sí, todo tiene que ser bajo pedido”, asegura. También, gracias a su impresora de papel comestible, distribuye obleas personalizadas a otras pastelerías.

Asimismo, en sus ratos libres aprovecha para seguir tomando clases de repostería puesto que “continuamente salen cosas nuevas y es necesario formarse”. Además, ofrece talleres para niños para introducirlos en el mundo de la pastelería. De momento, sus 'pirugalletas' han llegado hasta el Real Zaragoza y puede que muy pronto sean un atractivo más para la Virgen del Pilar.