Pirotecnia Zaragozana ultima su reinvención un año después de la catástrofe

Su proyecto a diez años espera que la futura planta duplique su facturación y sus empleados.

Presentación del nuevo proyecto de la Pirotecnia Zaragozana.
Presentación del nuevo proyecto de la Pirotecnia Zaragozana.
Oliver Duch

El grupo francés Etienne Lacroix, propietario de Pirotecnia Zaragozana, ultima un proyecto a diez años para que la futura planta que esperan construir en las inmediaciones de la capital aragonesa duplique su facturación y sus empleados, un año después del accidente que costó la vida a seis trabajadores.


La historia de Pirotecnia Zaragozana no se acabó con la explosión que causó seis muertos y seis heridos hace justo un año, y este miércoles, en el primer aniversario del accidente, tras la celebración de una misa en memoria de los fallecidos, la empresa explica más detalles de su plan de futuro, en el que sigue entrando la capital aragonesa.


Este proyecto, con la mirada puesta en 2025, se articula en torno a la fabricación de productos pirotécnicos de nueva generación no contaminantes y eco-compatibles, además de los tradicionales, de otros artificios o de la actividad logística de preparación.


En una primera fase, en cuatro años, esperan volver a la situación previa al accidente, con una facturación de cuatro millones de euros y 35 empleados en la nueva planta, para después duplicar estas cifras hasta los ocho millones y 70 trabajadores.


Para ello, buscan un terreno industrial de 60 hectáreas cerca de Zaragoza, cuya adquisición esperan cerrar en los próximos meses, aunque en esta ocasión no estará cerca del barrio de Garrapinillos, donde se ubicaba el anterior y como planteaban en su idea inicial, ha declarado el director general operativo de Pirotecnia Zaragozana, Bruno Houllier, quien no ha ofrecido más detalles por el momento.


En lo que queda de año, las dos plantas que posee el grupo en España, en Garrapinillos y Lucena, se utilizarán como bases comerciales y de almacenamiento, y se iniciará la reconstrucción de las primeras, así como el inicio del proyecto de la futura fábrica.


Será ya en 2017 cuando prevén la apertura de las nuevas instalaciones de Garrapinillos, coincidiendo con la fabricación de los primeros artificios eco-compatibles en la planta de Mazères (Francia) y para el año siguiente comenzaría la actividad en la nueva fábrica, a la que pretenden transferir la producción de dichos artículos ecológicos y en la que plantean crear un centro de competencias técnicas. La empresa espera contar en 2022 con una gama completa de artificios eco-compatibles.


En la presentación del proyecto, con "emoción y tristeza", los dirigentes de Etienne Lacroix han transmitido las condolencias a los allegados de los fallecidos hace un año en la explosión. El presidente del grupo, Etienne Barés, ha lamentado que pese a que el trabajo del pirotécnico es "muy arriesgado", nunca habían vivido una "catástrofe" de tal envergadura. En este sentido, ha reiterado que la seguridad es la parte más importante de su trabajo y que nunca han dejado de trabajar en ella con la voluntad de proteger al personal.


El accidente de hace un año, ha proseguido, les ha hecho "repensar" su estrategia y, después de algunos meses de reflexión, en los que barajaban distintas opciones -cerrar, convertir Garrapinillos en una base logística o retornar con un proyecto más ambicioso- han optado por esta última.


Así, Bruno Houllier, ha asegurado que quieren "hacer de Pirotecnia Zaragozana el líder de la fabricación de fuegos artificiales ecológicos con una fábrica de las más modernas de Europa". Todo ello sin perder de vista la seguridad, para lo que se ha comprometido a aplicar las medidas "más exigentes" cuando inicie su actividad la nueva planta.


Por su parte, el consejero municipal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, ha repetido el mensaje lanzado en las pasadas fiestas del Pilar y ha definido a Pirotecnia Zaragozana como "una de las mejores del mundo, que trabaja para una de las mejores fiestas populares del mundo".


Ha recordado que el Ayuntamiento se comprometió a hacer "todo lo posible" para que la empresa llevara a cabo su ampliación en la ciudad, porque es "parte del patrimonio zaragozano". Por ello, ha señalado que han intercedido en los contactos para buscar suelos para la futura planta, lo cual "no es fácil" por las "necesarias lejanías" de los cascos urbanos o por las dimensiones que requiere la nueva fábrica. Ha indicado que sobre la mesa hay suelos militares, públicos y privados, pero tampoco ha querido desvelar más hasta que no se materialice la compra.

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