La ciudad se afianza como lugar de despedidas con debate entre el negocio y las molestias

Pese al veto a las charangas, las celebraciones de este tipo se cuentan por decenas algunos fines de semana.

Fin de semana en Zaragoza de una cuadrilla de Castellón
Fin de semana en Zaragoza de una cuadrilla de Castellón
José Miguel Marco

Zaragoza se consolida como destino de despedidas de solteros y solteras de Aragón y de las Comunidades cercanas. Pese a la prohibición de las charangas, que a menudo eran el acompañamiento musical elegido para celebrarlas, decenas de grupos de jóvenes siguen acudiendo a la capital aragonesa cada fin de semana. En temporada alta (meses de mayo, junio y septiembre, principalmente), los profesionales del sector calculan que puede haber más de 30 cuadrillas cada fin de semana rondando las calles y los bares de la ciudad.


La llegada de tanta gente supone un impulso económico importante para muchos sectores. Aunque cada vez se buscan precios más ajustados, hay hoteles, bares, restaurantes y negocios de aventura que tienen un importante volumen de negocio con las despedidas. De hecho, en la capital aragonesa ya hay al menos siete empresas que se dedican a organizar este tipo de eventos. Ofrecen un precio cerrado por persona con cena y espectáculos o actividades de todo tipo. Generalmente, estas empresas ya tienen convenios con precios especiales en actividades de ocio, bares, restaurantes y discotecas, a las que derivan a su clientela.


Carlos Alonso, de la empresa Despedida Inolvidable, cuenta que generalmente los grupos de chicos buscan "actividades de aventura", como ‘paintball’, rafting, capeas con vaquillas o disparos de láser, con las actuaciones de ‘striptease’ de capa caída; las chicas, por su parte, suelen demandar "una limusina para ir por la ciudad, sesiones de ‘tuppersex’ y cenas con animación". Los precios por persona van desde los 25 hasta los 150 euros, aproximadamente, sin incluir hoteles y el resto de gastos. Este empresario reconoce que el volumen de negocio ha aumentado considerablemente en los últimos años. "Antes en un fin de semana bueno organizaba cuatro despedidas, ahora he llegado a hacer 14", señala.


Los grupos que vienen de fuera llegan desde todos los puntos de Aragón, pero también de comunidades cercanas como Navarra, La Rioja y el País Vasco. "En el Norte se ha puesto bastante de moda venir a Zaragoza, porque hay buen ambiente por la noche y porque sale más barato que un lugar de playa", cuenta Alonso. Además, también llegan de las provincias de Burgos y Soria, "y últimamente cada vez más de Lérida", explica.Una inyección económica


Uno de los sectores más beneficiados por la llegada de las despedidas de soltero y de soltera son los hosteleros. La entrada de empresas organizadoras que ofrecen paquetes completos hace que, en ocasiones, muchas despedidas tengan un recorrido ‘acotado’ por restaurante, bares y discotecas con los que estas compañías conciertan precios especiales. Pese a ello, muchos negocios –principalmente locales de copas del Casco Histórico y bares del Tubo– se benefician de las despedidas de soltero.


Luis Vaquer, presidente de la Asociación de Cafés y Bares, considera que estas celebraciones "ya son una actividad más de turismo" para Zaragoza, y señala que gran parte del gasto de estos eventos "se va en comida y bebida", lo cual es bueno para el sector. También ahí han detectado un aumento claro en los últimos años. "Despedidas siempre ha habido, pero ahora hay más y, además, más visibles", opina. Solo lamenta la supresión de los vuelos a Roma, ya que traían "muchas despedidas de italianos". Por ello, pide que se haga lo posible por recuperarlos.


Esta proliferación ha hecho que algunos bares directamente prohíban la entrada de las personas que participan en despedidas de soltero. Algunos lo hacen de palabra, y otros –para no dejar lugar a las dudas– lo ponen en un cartel en la puerta, como un bar de copas de la calle de Santa Cruz.Algo habitual en Logroño


Vaquer admite que este tipo de celebraciones "forman bastante follón", y considera lógico que algunos locales, sobre todo si son pequeños, no quieran que una despedida "cope el local". Por eso, los restaurantes que acogen cenas "se dedican en exclusiva o tienen salones cerrados".


Este veto a las despedidas de soltero no es nuevo: en Logroño, que desde hace una década era un destino habitual de estas fiestas, varios bares de las calles Laurel, San Juan o San Agustín llevan tiempo prohibiendo la entrada de clientes de despedidas para asegurar la tranquilidad de los autóctonos.

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