Un Ebro verde y sin mosca negra

Más tarde que en años anteriores pero las algas han reaparecido en la superficie del río Ebro. Signo de la calidad del agua, también es el medio de cría de la mosca negra.

El Ebro a su paso por el Puente de Santiago.
El Ebro a su paso por el Puente de Santiago.
Raquel Labodía

Los días de calor asfixiante, últimos coletazos del verano que acaba, invitan a buscar actividades relajantes antes de la vuelta a la rutina. Y, como no podía ser de otro modo en la capital del Ebro, muchos zaragozanos optan por pasear a las orillas del río, o incluso se animan a navegarlo en una de las decenas de actividades fluviales que aprovechan este enclave natural. Eso sí, los ciudadanos que estos días se hayan acercado a sus caudalosas aguas se habrán sorprendido de ver ostentosas concentraciones de algas en el cauce. Desde Ebronautas, empresa de turismo especializada en actividades por el río y sus afluentes, recalcan que la presencia de estos macrofitos es un síntoma de la buena calidad del agua.


"Al estar más transparente, los rayos del sol llegan a la vegetación del fondo y la hacen crecer", explica Néstor Jiménez, que apunta que hasta ahora la presencia de las algas no les ha afectado en los ‘tours’ en piragua que organizan por el río. "Más molestan las basuras", critica Jiménez, que señala que aunque "quedan retos", se ha experimentado una mejora "muy evidente" de la calidad del agua del Ebro en los últimos años. Sin embargo, desde Ebronautas consideran que, si lo que se quiere es evitar cúmulos de macrofitos, la solución pasa por oscilar el nivel del caudal del río, de manera que se someta a estrés a la vegetación y no se desarrolle tanto.


La presencia de algas suele provocar alarma porque es donde la mosca negra planta sus huevos. No obstante, desde el Ayuntamiento recalcan que hasta el momento no hay evidencias de la presencia de este dañino insecto. Además, los macrofitos han aparecido este año mucho más tarde que en anteriores ocasiones.


Por el momento, y según pronosticaron los expertos, está siendo un año tranquilo ya que la presencia de esta molesta especie está bastante diezmada. El Instituto Municipal de Salud Pública aplicó tratamientos en el Ebro y en el Gállego, y realiza un muestreo periódico en busca de indicios de la mosca negra entre las algas. Además, este 2016 no se han dado las condiciones para que el insecto críe: las crecidas del río en primavera arrancaron buena parte de las algas donde se reproduce –aunque ahora hayan vuelto a brotar– y tampoco hizo excesivo calor en mayo.

Mejoras en el cauce

Por otro lado, durante los próximos días continuarán los trabajos de mejora en distintos puntos del río –sobre todo el entorno del puente de Piedra– que se iniciaron a mitad de agosto. Las brigadas están arreglando un escollera de la margen izquierda en la que se detectó un abombamiento y, también, están limpiando la vegetación de las pilastras del puente de Piedra, para evitar que los ailantos agrieten la estructura. Además, también se retiran estos días los anclajes y demás restos de la estructura del espectáculo Iceberg que todavía ensuciaban la ribera de La Almozara desde la celebración de la muestra en 2008.

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